25 marzo 2009

Vacaciones de verano.

(Tercera parte).

Después de visitar las playas oaxaqueñas me enfilé rumbo a la última frontera: Chiapas.

Visitar la antiquísima ciudad maya de Palenque siempre ha sido para mí un referente del altísimo y complejo grado cultural que alcanzaron sus habitantes.
Enclavada en la selva chiapaneca, la zona arqueológica de Palenque para mí es un enigma, miren que yo me considero un atleta con aceptable condición física pero subir esas pirámides me requirieron un esfuerzo extra.

Observen ustede la entrada de la tumba de la reina roja.

He aquí el sarcófago de la reina roja. Se dice que pudo haberse tratado de la madre o la esposa del rey Pakal.


El Templo de las Inscripciones, en cuyo interior se aloja la tumba del rey Pakal... subir y más aún entrar está prohibido; la razón, la tumba está intacta, fue abierta por arqueólogos y su estudio está reservado.


Ejemplo clásico en las estructuras de la zona, el famoso "Arco maya".


Me fascina el palacio y su forma única. Es cosa de llamar la atención que ninguna forma de edificio se repite en las ciudades mayas... ellos sí que eran originales.


En el patio del palacio se encuentran estas enormes esculturas, que representan los pueblos que rendían tributo a los reyes de Palenque.


Ellos son los líderes sometidos, los pueblos vencidos y conquistados por esta ciudad-estado.


Una de mis vistas favoritas desde el Templo de las Cruces: a la izquierda el Templo de las Inscripciones, a la derecha el Palacio.


Son tantas las ruinas, que su nombre se me confunde...


Increíbles porta vigas en forma de "T", me recuerdan un poco las puertas en esa forma de la zona arqueológica de Paquimé en Chihuahua, aunque lo más seguro es que nada tengan que ver.

El juego de pelota; infaltable elemento en cualquier zona arqueológica de Mesoamérica.


El "otro" Palenque, la zona menos visitada y menos "turística" que cuenta con interesantes estructuras, aclaro que para llegar ahí, es necesario aventurarse un poco por senderos no transitados y "perderse" un poco en la densidad de la selva.


La temperatura es altísima, y como se antoja nadar un poco en estas hermosas cascadas de agua cristalina y fresca.


Más zonas frecuentemente poco visitadas por los turistas... quizá por eso me gustan tanto, porque son como un mundo perdido alejados del bullicio de la falsa sociedad.


Algunas de su entradas son demasiado profundas, sólo me adentré un poco en ellas, ya que pueden existir alimañas en su interior. Cerré lo ojos un momento y clarito me ví rodeado de Aluxes.

Agua por doquier, la selva en todo su esplendor.

El follaje llega a ser a veces tan grande que sólo unos cuantos rayos de sol se atreven tímidamente a tocar la tierra.


Lo único que lamento es que en esta ocasión no pude visitar en Chiapas una de mis dos zonas arqueológicas favoritas: Bonampak, que junto con Mitla en Oaxaca para mí no tienen igual.


NaCl-U-2


Remo.

18 marzo 2009

Vacaciones de verano.

(Segunda parte).

Después del baño cultural en la Cd. de Oaxaca, me atreví por vez primera a visitar sus playas.

Primer destino: Puerto Escondido.

Gratamente sorprendido por el benévolo clima y la vegetación. A lo lejos se aprecia la gigantesca bandera que da la bienvenida a los visitantes que llegan por mar.


La costa de Puerto Escondido es sumamente pedregosa, pero han labrado con tal maestría la roca que uno no deja nunca de sorprenderse. Aprecien ustedes en el margen inferior izquierdo uno de los muchos cactus que crecen silvestres a la orilla del mar.



Es impresionante ver como rompen las olas contra las escaleras de piedra... podría durar horas sólo viendo ese choque. No era momento para sentirme arredrado, y crucé con cuidado, más que nada para evitar pisar los cangrejos.



Al día siguiente, el próximo destino fue Zipolite: oficialmente la única playa nudista en México... (Aunque por propia vivencia sé que existen otras).

Ese arco me recuerda un poquito -guardando toda proporción- Los Cabos en Baja California Sur
.


La última foto con ropa... "Al lugar que fueres, haz lo que vieres".



Bravísimo mar, por supuesto que no me adentré más allá de cuando el nivel del agua llegaba a mi cintura, observen ustedes el color de la arena y del agua... ¡Qué belleza!, todo un paraíso.




No pongo fotos de mi persona desnuda porque quienes me visitan en lugar de sentirse ofendidos o perturbados, capaz que me demandan por fraude.


NaCl-U-2


Remo.