¡Hola, soy yo!
Había una vez un joven que quería abrir su bitácora…
- ¡Hola, soy yo!
- ¿Quién?
- Yo, tu bitácora.
- Ah, vaya, así que existes...
- Más de fuerza que de ganas, dicen las malas lenguas que te obligaron a crearme, ¿Es cierto?
- Mmh, ayer mientras dormía aparecieron ante mí muchas letras, algunas iban armadas...
- ¿Y qué armas portaban?
- Algunas las del Cid Campeador, otras las de Don Quijote de la Mancha, con eso fue suficiente.
- Aún no te recuperas ¿Verdad?
- No, quien podría adivinar que hace un mes ni siquiera sabían lo que era una bitácora, fue Eduardo quien me invitó a leer una y ahí surgió todo.
- ¿Eduardo?, ¿Y cómo surgió todo?
- Es algo triste, el tema salió a raíz del asesinato de un conocido, el cual en vida escribía.
- ¡Pobre cabrón!
- Así es, pero no te confundas, no eres el homenaje a nadie ni la copia de ninguna que haya existido antes que tú; existes porque yo así lo decido, eres mi deleite personal, te encargarás de reflejar mi ser y procuraré -en la medida de lo posible- amoldarte a mi estilo.
- Me tranquilizas, ¿Liberarás a los signos?
- No tengo elección, eso de darse a conocer se les ha metido de lleno en la cabeza y no hay forma de hacerlos razonar.
- ¡Ja!, como si tu fueras muy razonable.
- Lo sé, lo sé, me consuela pensar que si yo los escribí algo me hayan heredado, ya lo ves, las cosas terminan pareciéndose a su dueño.
- ¿Es una advertencia?
- Es una promesa.
- Bueno, te dejo, tengo que volver al ciber espacio, visítame con frecuencia, no me abandones y trátame bien.
- ¿Qué?, ya tan rápido y estás poniendo condiciones, pareces una niña consentida, además, no sé si podré ser muy constante con mis visitas.
- Primero: déjame decirte que ya soy parte de tu vida, desde ahora y segundo: si no me visitas moriré, y no querrás tener mi muerte sobre tu conciencia, ¿O sí?
- ¡Chin!, tienes razón, soy responsable de tí.
(Pensando solamente): Chantajes a mí, a mí, en que líos me meto.
- Hasta luego.
- Ándale pues.
Fin.
NaCl-U-2
Remo.
- ¡Hola, soy yo!
- ¿Quién?
- Yo, tu bitácora.
- Ah, vaya, así que existes...
- Más de fuerza que de ganas, dicen las malas lenguas que te obligaron a crearme, ¿Es cierto?
- Mmh, ayer mientras dormía aparecieron ante mí muchas letras, algunas iban armadas...
- ¿Y qué armas portaban?
- Algunas las del Cid Campeador, otras las de Don Quijote de la Mancha, con eso fue suficiente.
- Aún no te recuperas ¿Verdad?
- No, quien podría adivinar que hace un mes ni siquiera sabían lo que era una bitácora, fue Eduardo quien me invitó a leer una y ahí surgió todo.
- ¿Eduardo?, ¿Y cómo surgió todo?
- Es algo triste, el tema salió a raíz del asesinato de un conocido, el cual en vida escribía.
- ¡Pobre cabrón!
- Así es, pero no te confundas, no eres el homenaje a nadie ni la copia de ninguna que haya existido antes que tú; existes porque yo así lo decido, eres mi deleite personal, te encargarás de reflejar mi ser y procuraré -en la medida de lo posible- amoldarte a mi estilo.
- Me tranquilizas, ¿Liberarás a los signos?
- No tengo elección, eso de darse a conocer se les ha metido de lleno en la cabeza y no hay forma de hacerlos razonar.
- ¡Ja!, como si tu fueras muy razonable.
- Lo sé, lo sé, me consuela pensar que si yo los escribí algo me hayan heredado, ya lo ves, las cosas terminan pareciéndose a su dueño.
- ¿Es una advertencia?
- Es una promesa.
- Bueno, te dejo, tengo que volver al ciber espacio, visítame con frecuencia, no me abandones y trátame bien.
- ¿Qué?, ya tan rápido y estás poniendo condiciones, pareces una niña consentida, además, no sé si podré ser muy constante con mis visitas.
- Primero: déjame decirte que ya soy parte de tu vida, desde ahora y segundo: si no me visitas moriré, y no querrás tener mi muerte sobre tu conciencia, ¿O sí?
- ¡Chin!, tienes razón, soy responsable de tí.
(Pensando solamente): Chantajes a mí, a mí, en que líos me meto.
- Hasta luego.
- Ándale pues.
Fin.
NaCl-U-2
Remo.
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