26 mayo 2008

Crónica de una carrera.

Hasta hoy que yo sepa no existe un medio para conocer el pensamiento de un corredor mientras participa en una competencia.

Aquí va un intento por trasmitirles el diálogo interno que se desarrolló en mi persona este pasado domingo en la carrera de La Antigua Paz.*1

Comentarios de corredores experimentados días antes de la competencia:

“Es una de las carreras más pesadas, por las cuestas que tiene” Obed.*2

“La carrera está pesadita, el sol va a calar” Mirna.*3

“No es una carrera fácil” Efraín. *4

“Hidrátate desde días antes” Gustavo. *5

Segundos antes del balazo de salida:

Mi súper yo: -“Calma, mucha calma, debo administrar mis esfuerzos para no quemarme antes de tiempo”, “Correré primero con mi mente, luego con mis piernas y cerraré con mi corazón”.

Suena el disparo:

Intento
colocarme en las primeras posiciones, es imposible avanzar, muchos corredores lentos se ubicaron en la primera línea y me impiden tomar ritmo, comienzo a desesperarme… no hay salida, estoy rodeado.

Después de 500 metros el tráfico humano comienza a disiparse, he desaprovechado tontamente el arranque inicial y comienza la primera cuesta:

Mi ego: - “¡Joder!, ¿Qué me pasa?, esto es ridículo, voy trotando como si estuviera calentando, estoy corriendo como un niño de 5 años, ¡Reacciona cerebro!, ¡Quiero golpear mis piernas y mi pecho!”

Escucho pisadas familiares que me siguen de cerca ¿Me creerían si les digo que al escuchar los pasos identifico de quien se trata?

Kilómetro uno:

Mi peor presagio se vuelve realidad, Anita *6 me empareja y pretende pasarme, mi orgullo herido de muerte ordena inmediatamente que acelere, mis pies van pisando sobre nubes, me siento tan cómodo que podría continuar indefinidamente así, sin embargo, el temor a las próximas colinas, me frena:

Mi súper yo:- “¿Y si por ir de machista me trueno antes de tiempo?”.

Mi ego:- “Nada, si te truenas pues caminas, pero Anita no te pasa!”


Kilómetro dos:

Mi diablo interno empieza su discurso:

Diablo: -¡Tonto!, ¿Para qué corres?, ¿Qué caso tiene?, ¿No te gustaría estar viendo la televisión en este momento?, ¿Qué tal estar recostado en un balneario?, ¿Porqué no cortas la carrera y terminas con esto de una vez?, ¿No sientes acaso que no puedes?, ¡Mírate, estás acabado!, ¿Qué no sientes sed?, ¡Alto, para!

Increíblemente mis piernas están amarradas, la carrera se vuelve trote y me siento aturdido, pero no, no puedo darme por vencido. Le doy al maligno una patada por el culo y me concentro:

Mi yo:- “¡Vamos!, ¡¡Adelante!!”.

Kilómetro tres:

Don Seve *7 aplaude efusivamente a todos los corredores que van pasando, volteo a verlo, le sonrío, cierro mi mano derecha y levanto el dedo pulgar, a la vista se encuentra el primer abastecimiento de agua:

Mi súper yo:- “Lo admiro Don Seve, algún día se lo diré”.

Antonio *8 se tronó:

Mi yo: - “No lo creo, lo veo y no lo creo, un corredor de su experiencia”…observo que va cojeando lastimosamente.

Segundos después Rigo*9 me empareja, tarda 30 segundos en pasarme:

Mi ego: - “Lo siento Rigo, tú eres mi próxima meta, ¿Está mal que lo piense a tus espaldas?”.

Comienzo a repetirme hasta el cansancio:

Mi Yo:- “Quiero, puedo y debo hacerlo”, “A ponerse el overol y a trabajar esta carrera”.

Kilómetro cuatro:

Escucho unas muy familiares pisadas a mis espaldas y el típico grito: “¡Uuuuu!”, (nuestro saludo), es Álvaro *10 uno de mis mejores amigos y además entrenador quien me rebasa y me “motiva positivamente” a su manera:

Álvaro: - “¿Corres o ruedas cabrón?, ¡Vas muy lento pinche Remo!, ¡¡A ver a qué horas güey!!”

Modifico mi pisada y comienzo a imitar sus movimientos en pies y manos, soporto el ritmo infernal que me impone por 500 metros y no doy más.

Mi yo:- “Es imposible para mí resistir más tiempo, no estoy a tal altura ni potencia”.

Los punteros han dado vuelta en el retorno y vienen a nuestro encuentro del otro lado de la calle, sólo nos separa el camellón, se me inflama el corazón al ver a mi gran amigo Raúl *11 en el quinto sitio y grito a todo pulmón: “¡Vamos Raúl!

Kilómetro cinco:

El retorno me permite saber quienes vienen detrás de mí, nadie conocido, Álvaro me saca una distancia de 100 metros, Rigo me supera en 50, comienza una empinada cuesta.

Kilómetro seis:

Volteo a la izquierda y reconozco una playera tornasol, grito: - ¡Duro Obed!, me responde: - ¡Vas bien!, el segundo abastecimiento de agua está a la vista, “La Botarga” *12 de mi equipo me abastece de agua y no pierde la oportunidad que se le presenta en bandeja de plata para “alentarme”:

La Botarga:- “Ahí la llevas mi reina”.

Mi ego, mi yo y mi súper yo al unísono:- “¿Reina?”, “¡Hijo de la rechingada!, ¡Quisiera verte en mi lugar, pendejo!”.

Kilómetro siete:

Ruperto y Rubén *13 se ven a quinientos metros, si logro alcanzarlos será una victoria personal fenomenal, una familia completa me aplaude al verme pasar, y en automática respuesta les sonrío, también les aplaudo a ellos y les hago el signo de amor y paz (por segundos me transformo en agradecido motivador de quien me motiva).

Mi súper yo:- “Qué bueno que la gente le inculque a la niñez el placer en el deporte, gustoso cambiaría cualquiera que fuera el lugar que alcance en esta carrera por llegar en el último si quienes me antecedieran fueran todos juveniles”.

Rebaso a Zavala, un atleta con discapacidad motriz, que va a la mitad de su recorrido especial de 4 kilómetros, le aplaudo y le digo: "Ánimo, ánimo, ya llegamos, échele".

Kilómetro ocho:

Recibo mi última ración de agua, doy las gracias, me enjuago la boca, hago gárgaras y trago un sorbo, comienzo a acelerar, me desdoblo, no existe el tiempo ni el espacio.

Al tiempo que miro desde la acera correr a un ser emplumado con el rabillo de los ojos veo pasar la multitud estática que aplaude frenética.

Mi ego:- “¡Soy un ñandú!, ¡Sí!, me he convertido en un ave”.

La cabeza erguida, las zancadas largas, mis brazos están volviéndose incipientes alas, literalmente quiero despegar del ras del suelo, nada me detiene, no siento gravedad, estoy fuerte, poderoso, floto… uno a uno voy pasando corredores, mientras una voz desconocida me susurra: “Vas volando”…

Sigo y sigo, soy un cometa, Ruperto y Rubén a 20 metros, 15, 10, 5, 1, -1…

Kilómetro nueve:

Una curva hacia la izquierda *14, salgo disparado como bala de cañón, es el cierre final, la más letal de mis armas, soy temible en esos 200 metros que me separan de la meta, soy un asteroide que se impacta hacia la tierra.

Mi ego:- “Más rápido, más rápido”, “alma, mente, cuerpo y corazón fusionados por fin en uno solo”, “mantén el ritmo un poco más, ya casi llegas”, “¿Ves?, ¡lo lograste!”.

Cruzo la línea y detengo mi cronómetro…

Kilómetro diez:

¡No lo creo!, ¡¡Imposible!!, ¡¡¡45:46:78!!! (El mejor tiempo de mi vida).

Lo que sigue es increíble, y jamás lo había experimentado: dos lágrimas escaparon de mis ojos.

Glosario:

La Antigua Paz *1.- La más añeja cantina de Chihuahua, próximamente cumplirá 100 años de existencia, cada año organiza una carrera de 10 kilómetros, es la primera vez que la corro.

Obed *2.- Corredor de muchísimo respeto, mi meta para este 2008 fue al menos igualar su tiempo (y si se puede ganarle). Por fin intercambiamos teléfonos y correremos en cerros cuesta arriba.

Mirna *3.- La reina de la distancia, hoy por hoy la mejor corredora de fondo que existe en este estado, una delicia verla correr, cuando trota al 40% de su capacidad yo ya voy a mi 70%.

Efraín *4.- Un “monstruo” de la pista, su estilo de correr es único, sólo pisa con la punta de los pies, de grande quiero ser como él, cuando entrena le pido “aventón” y me le pego, algo he de aprender.

Gustavo *5.- Promotor deportivo y dueño del equipo en el que corro, hombre de muchísima experiencia en estos andares.

Anita *6.- Mujer menonita que siempre me pasaba en el kilómetro 6, fue mi objetivo igualar su marca en el 2007.

Don Seve *7.- Severino Venzor, figurón del atletismo, una leyenda viviente, este señor tiene 50 años de corredor y a sus 70 años de edad aún corre los medios maratones… Quiera la buenaventura que yo envejezca así.

Antonio *8.- Una “bestia” de resistencia, siempre va de menos a más en las carreras, un chavo de muchísima experiencia que lamentablemente las lesiones lo han mermado.

Rigo *9.- Igualar o superar sus tiempos es mi meta para finales de este año o principios del próximo. Entrena dos veces al día.

Álvaro *10.- Este desgraciado perro del mal, además de mi entrenador personal es uno de mis mejores amigos, fue el que me inició en esto del correr, ha participado en maratones y medios maratones, se ha medido a kenianos y etíopes al tú por tú, tercer lugar nacional en los 10,000 metros hace cinco años, tiene una grave lesión en la pierna izquierda y aún así me ganó el muy desconsiderado.

Raúl *11.- Además de ser otro de mis mejores amigos es mi vecino, todo mundo piensa que somos familiares, este adolescente tiene todo un futuro luminoso y promisorio, cuenta apenas con 17 años y ya corre con y como los grandes, si todo sale como está previsto Londres 2012 lo verá correr…

Álvaro, Raúl y yo entrenamos los domingos juntos subiendo una cadena montañosa con pendientes que suman 8 kilómetros, próximamente se nos unirá Obed, nuestros planes son viajar en diciembre a un volcán en el centro del país para incrementar nuestra resistencia y velocidad.

La Botarga *12.- Simpático personaje del equipo que utiliza el uniforme deportivo, pero no corre, aunque como espectador siempre nos “motiva” en cuanta carrera se presenta, su complexión física dio origen a su apodo.

Rubén y Ruperto *13.- Rubén es invidente, pero eso no le impide correr como un gamo, Ruperto es su lazarillo. Su velocidad es muy similar a la mía, y por lo general en las carreras siempre salen con uno o dos minutos de ventaja por tratarse de un atleta con discapacidad visual, alcanzarlos y pasarlos siempre representa para mí un esfuerzo sobrehumano que no siempre logro. Ellos son todo un ejemplo a seguir.

Curvas *14.- Ignoro el porqué, pero siempre que doblo en una curva sea a derecha o izquierda incremento mi velocidad considerablemente, en pista de tartán ni mi entrenador es capaz de alcanzarme.


Próximo objetivo: Bajar de la barrera de los 45 minutos… Tengo un mes para prepararme e intentarlo, pero por hoy, a disfrutar de mi victoria sobre mi mismo.


NaCl-U-2


Remo
.