30 noviembre 2006

Maldito noviembre.

Hasta los cinco años de edad yo no conocía el hielo, la tarde que mi padre llevó un trozo a casa, lo miré con reverencia.

Con la inocencia de un niño cuidadosamente coloqué mis manos sobre él y en segundos las retiré exclamando: es frío, pero quema.



Noviembre inició con la pérdida de un amigo y termina cerrando aún peor.

En medio de un vendaval de emociones encontradas, ayer por la noche concluyó mi relación amorosa, no hubo gresca ni reclamos, sólo silencios incómodos y un triste y helado adiós.

Mi sueño la noche de anoche tardó en llegar, un océano de fuego me consumía las ideas, y las gotas de lluvia que asomaron a mis cafés ventanas no tardaron en evaporarse.

Hoy mi ciudad amaneció a -4° C, el viento sopló sobre mi faz tan tranquilo como siempre, y aunque el tímido sol se empeñó en calentarme, en nada aminoró mi apesadumbrado andar.

Maldito noviembre de 2006; que es frío con mi piel, pero quema mi corazón.

No hay de otra: esta tarde-noche me emborracharé con tequila, daré rienda suelta a mis sentimientos y embotaré mis neuronas.

Pero mañana me levantaré con las mismas ganas de seguir soñando despierto que tengo desde siempre, porque mañana, ¿saben?… mañana es diciembre.


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Remo.

28 noviembre 2006

Homenaje.

Hoy quiero rendir un pequeño homenaje a mi abuelo.

En su aniversario luctuoso la sangre que corre por mis venas se exalta por gritar a los cuatro vientos que él peleó durante años en la División del Norte al lado de Francisco Villa en la Revolución Mexicana.

Él y su hermano mayor, decidieron irse con la bola por lo que hoy nos parecería una nadería, pero que en aquél lejano 1910 era muy mal visto y una cuestión de honor familiar; y es que su hermana menor salió embarazada sin estar casada de un militar, por tanto era necesario lavar con sangre la afrenta recibida.

Mi tío abuelo por el valor mostrado en la batalla era quien portaba el estandarte de la tropa, mientras que mi abuelo alcanzó el grado de sargento con los Dorados de Villa.

Pedro Morales Gutiérrez era un hombre serio y demasiado reservado, jamás les contó a sus hijos los pormenores de los campos de batalla.

Hoy sabemos por los documentos y fotografías encontradas por mi padre hace apenas cuatro años en un viejo baúl, que luchó en batallas importantes de la Revolución Mexicana.

A lomo de caballo acompañó a Francisco Villa hasta la Ciudad de México, donde se reunieron con el ejército del Sur encabezado por Emiliano Zapata.

Entre las batallas en las que participó, se encuentra la toma de Torreón, Coahuila, la victoria total alcanzada en Zacatecas, Zacatecas y la derrota aplastante en Celaya, Guanajuato.

Después de esa terrible tragedia, se retiró de la lucha y regresó a arar pacíficamente la tierra en nuestro terruño: El Molino, Namiquipa, Chihuahua; lugar en donde conoció a mi abuela y dio comienzo a la estirpe de los Morales Delgado.

Mucho tiempo después, premiaron con abundantes tierras a los Veteranos de la Revolución, pero un astuto y maligno familiar se hizo pasar como el único heredero diciendo que mi abuelo había fallecido intestado (falsamente), así de fácil eran los trámites en aquella época; por lo que los beneficios fueron a parar a otra rama de los Morales.

Nada obtuvieron los Morales Delgado de la Revolución Mexicana, sólo el honor de formar parte de una de las grandes gestas históricas de este país.

Abuelo: estoy orgulloso de llevar tu apellido, y de ser el nieto de un noble guerrero.


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Remo.

27 noviembre 2006

El Meme de Mily.

En su página, Mily nos ofreció participar en un ejercicio donde los cuestionamientos deben responderse con los títulos de las canciones de un artista.

Como fiel seguidor de Cyndi Lauper, decidí incluir sus temas, sirve que a la par que le ofrezco un sencillísimo homenaje, ustedes me conocen un poquito más.

Si alguien desea continuar con este ejercicio, éste se encuentra a su disposición.

1.- ¿Eres hombre o mujer?

Boy blue.

2.- Descríbete:

It´s hard to be me.

3.- ¿Qué sienten las personas acerca de ti?

Kindred spirit.

4.- ¿Cómo te sientes de ti mismo?

Calm inside the storm.

5.- ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?

Broken glass.

6.- ¿Tu relación con tu actual novia(o) o pretendiente es?

Hymn to love.

7.- ¿Dónde quisieras estar ahora?

Above the clouds.

8.- ¿Cómo eres con respecto al amor?

Unconditional love.

9.- ¿Cómo es tu vida?

On the sunny side of the street

10.- ¿Qué pedirías si tuvieras un deseo?

Hat full of stars.

11.- Escribe alguna cita o frase sabia:

Money changes everything.

12.- Ahora despídete:

Shine.


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Remo.

22 noviembre 2006

El beso de la muerte.

Hace dos minutos, cuando la vi, supe que por ella estaba dispuesto a dar no sólo mi corazón, sino mi vida entera.

Su hermosa silueta dibujada por su vestido verde limón, es demasiado excitante, me incita al deseo más salvaje, me encarrera a la lujuria más desenfrenada, me acerca a la locura total.

Nunca antes había sentido algo ni siquiera remotamente parecido a esta extraña fuerza, a este magnetismo inconsciente, a esta fatal atracción.

Mi cerebro se empieza a derretir de pasión, no puedo dominarme, el poder que ella ejerce sobre mí es demasiado, me ha hechizado...

Ella se ha dado cuenta de mi insistente y atrevida mirada, y al parecer me corresponde, el instinto animal se ha apoderado por completo de mi ser.

Se mueve tan voluptuosamente que cualquiera que no sea una roca aceptaría gustoso cuando menos un roce secreto como recompensa.

Estoy dispuesto a jugarme el todo por la nada.

¿Qué sería lo peor que pudiera ocurrirme?, una mueca de desaire, una fuerte bofetada de rechazo, y un triste y rápido adiós; pero debo arriesgarme, seguro que si caigo de esta aventura del suelo no paso.

Ante mi momentánea indecisión me sigue provocando, coquetea a la perfección, emplea sus mejores armas contra mí; me sabe indefenso, mis sentimientos están a su disposición; juega conmigo como lo haría un gato que ha atrapado un ratón y lo zarandea de un lado a otro justo antes de devorarlo.

Es necesario apagar esta llama que brotó hace apenas minutos antes y que crece y crece segundo a segundo en mi cuerpo como llamarada ante un montón de yesca.

Me entregaré en cuerpo y alma por vez primera a los deleites de la carne, y que sea lo que bien o mal sea; a ella es a quien elijo para que sea la madre de mis hijos y perpetúe mi especie.

Me acercaré a mi hembra con el pánico bien escondido, pero con la confianza a flor de piel, debo ser arrojado y valiente.

No quiero decir, más, la quiero para mí y debo poseerla... ahora... ya...

¡Me ha
dado la espalda justo al aproximarme!, ¡No puedo creerlo!, ¡Es buena señal!

Sin importarme lo más mínimo he pegado mi cuerpo al de ella lo más posible, así, sin darle tiempo de girar y quedar cara a cara.

¡Mi insolencia no tiene rival!, ¡Cielos!, ¿Qué hago?, ¡Me desconozco!, yo siempre tan frío…

Iniciamos una danza que parece más bien una especie de lucha, la tengo atrapada por el cuello y restriego mi sexo desesperadamente buscando penetrarla a como de lugar.

Estoy llegando al punto de no retorno…

Voltea su cabeza para besarme, abro mi boca para recibir la suya, pero en lugar de sentir una cálida y húmeda caricia me ha dado una fuerte mordida.

¡Me ha prendido con fuerza la muy maldita!

Busco liberarme por todos los medios, pero aún no termina conmigo; sin advertirlo y preocupado más por zafarme que por seguir teniendo sexo, de un brusco golpe me ha herido gravemente en el cuello…

Comienzo a morir al tiempo que eyaculo… no hay más vida para mí, la cabeza me ha sido desprendida del resto de mi cuerpo...

Es
cierto que el ciclo vital es nacer, crecer, procrear y morir… es un círculo que ella me ayudó a cerrar en segundos… una vida demasiado corta y cruel para nosotros las mantis religiosas machos.


NaCl-U-2


Remo.

21 noviembre 2006

El rancho del pájaro amarillo.

Recibí la semana pasada un comentario en uno de mis cuentos que indudablemente me remitió a la infancia, así que me día a la tarea de juntar algunos trozos del rompecabezas que poseo y elaborar la siguiente carta abierta.

Estimado Jorge de Santo Domingo:

Somos pocos, muy pocos los que tuvimos el privilegio de ver esa hermosa y educativa serie brasileña, que a bien tuvo producir y transmitir Tv O´Globo, a finales de los años setentas y principios de los ochentas; hiciste bien en preguntarme el viernes pasado, que aunque no sé mucho, te puedo dar alguna pistas.

Desde que mis sobrinos comenzaron a hablar me di a la tarea de buscar material sobre “El Rancho del Pájaro Amarillo”, para narrarles cuentos educativos en mis ratos libres a los cachorros consentidos de la familia.

Como soy gente de rancho, me identificaba muchísimo con aquellas personas de campo, como cuando la anciana comenzaba a relatar las historias de las civilizaciones antiguas de Roma, Egipto, Mesopotamia, China, etc. que hacían que me transportara junto con ellos en el tiempo y el espacio y así de una manera entretenida divertirme y educarme; aún recuerdo con especial claridad uno de sus programas donde viajaron en el túnel del tiempo a Grecia, justo para presenciar la instauración de la democracia en Atenas.

¿Cómo olvidar a la muñeca de trapo tan simpática o a la planta de maíz que cobraba vida y respondía correctamente todo lo que le preguntaban?

¡De verdad hiciste que me pusiera nostálgico!

Mira que en el pequeño pueblo donde vivía, sólo se captaba una señal de televisión, la de la hoy desaparecida S.I.N. (Spanish International Network), cadena estadounidense, la cual transmitía programas de toda Iberoamérica.

Sin duda la serie que nosotros vimos fue la que se emitió de 1977 a 1986, pero debo decirte que de 1952 a 1963 también hubo otra serie a blanco y negro trasmitida sólo en Brasil.

Algún tiempo después existieron programas mexicanos que trataron de imitar el formato de viajar en el tiempo, estar en momentos gloriosos de la Historia, y educar a los niños, como por ejemplo “Odisea Burbujas”, pero para mi gusto jamás pudieron siquiera llegarle a los talones a “El Rancho del Pájaro Amarillo”.

Saliéndome un poco del tema te mencionaré que lo mismo ocurrió con grupos infantiles como “Timbiriche” que con sus coreografías espantosas y disparejas quería competir con un muy bien acoplado “Parchís”, o la telenovela infantil “Chispita” que aquí la presentaron como la octava maravilla pero que jamás llegó a gustarme ni a mí ni a mis amigos como el original argentino trasmitido cuatro años antes y llamado “Andrea Celeste”; no, no soy malinchista, pero desde niño detestaba las malas copias y se me desarrolló un gusto por lo original e internacional.

Tengo tres noticias para ti: una súper buena, una buena y una mala, como no soy un zórpilo primero te escribiré la mala:

No me ha sido posible encontrar videos o D.V.D. de nuestra serie favorita de aventuras infantiles, lo cual sin duda serían archivos muy valiosos.

Ahora la buena:

El nombre original es “O Sitio do Pica-pau Amarelo” y el nombre del genial autor que creó dichos cuentos fue Monteiro Lobato quien vivió de 1882 a 1948 en Brasil.

Según sé, Monteiro Lobato escribió veintitrés libros con variadas historias en el tiempo y en diferentes países, así como apoyándose en el mágico entorno de las leyendas y tradiciones de las etnias brasileñas con los personajes que fueron nuestro deleite de niños.

Sin embargo, su trabajo no ha sido reconocido formalmente en Brasil, ¿Puedes creer que el creador de tan maravillosos escritos no sea homenajeado debidamente en su país de origen?, sus críticos de antes y de ahora lo acusan de haber escrito “melodramas agrarios” demasiado “naturalistas”, por supuesto que quien eso dice, lo hace por pura envidia y de seguro nunca tuvo niñez.

Ahora la noticia súper buena:

Te dejo dos enlaces para que desempolves un poco el arcón de los recuerdos de tu mente, que aunque toda la información está en portugués si lo lees despacio se entiende bastante bien lo que ahí se dice, en uno de ellos se muestran fotos de la antigua serie:

http://www.infantv.com.br/sitiopicapau.htm

Y
en el otro…

¡Sorpresa de las grandes!, O´Globo ha reeditado la serie con nuevos actores ahora en el año 2006:

http://sitio.globo.com/


Puedo
expresar sin temor a equivocarme que es necesario que las nuevas generaciones vean programas televisivos como este, porque a la par que divierten también instruyen, ¡Y de qué manera!

Siento que a mí me marcó positivamente en la vida; y ya de grande he sabido apreciar producciones brasileñas como “Pantanal”, “Doña Beija”, “Estación Central”, “Pixote” y “Madame Sata”; hasta ahora caigo en cuenta porqué me gusta tanto el idioma portugués y mi fuerte deseo de viajar a Brasil algún día.

Espero que esta información te sea de utilidad, y si llegas a encontrar algo más, te pido de favor que me lo compartas.


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Remo.

17 noviembre 2006

Nunca te fíes de un espejo.

Como guardia de seguridad en el edificio en el que trabajo, pensé hace tres semanas que lo había visto todo, pero no…

Ayer por la tarde llamé a la policía porque pude darme cuenta que un hombre escondía un revólver en su rompevientos y pretendía dirigirse al séptimo piso del edificio, justo donde se encuentran las cajas de seguridad y la jefa de cajeras estaba llevando a cabo el corte de dinero; obvio es decir que el sujeto fue arrestado por mi diligencia.

Las felicitaciones no se hicieron esperar, y hoy por la mañana esperé el momento justo en que la contadora (mujer entrada en años pero de muy buen ver) y sus dos auxiliares (un hombre y una mujer jóvenes), llegaban a la cafetería para “accidentalmente” entrar yo al mismo tiempo erizando mis plumas como lo haría un pavo real.

Después de las típicas muestras de elogio, mientras los cuatro tomábamos asiento para saborear una buena taza de café, las preguntas se sucedieron una tras otra:

- ¿Y cómo fue que te diste cuenta que el tipo tenía un arma? –preguntó Ana.

- Pues debo decir que cuando él ingresó al edificio no me percaté…

- ¿Y entonces cómo le hiciste?, ¿Eres adivino o qué? – inquirió Livia la contadora, con cierta descortesía.

- Bueno… -y lo relaté lentamente, saboreando una doble victoria-. Me di cuenta porque estaba observando por la cámara escondida que se encuentra detrás del espejo que tiene el ascensor, es algo que a diario hago; recuerdo que abordaron varias personas en el primer piso, entre ellas iba el malhechor, todas se bajaron en el cuarto piso y el tipo quedó solo, afortunadamente cometió el error de sacar la pistola; de inmediato oprimí el botón de bloqueo, y ahí se quedó atrapado hasta que llegó la policía, el resto ya lo saben.

- ¡Ja, ja, ja!, ¿Tienen cámara escondida en el elevador? –me preguntó Miguel-. ¡Y yo que tan a gusto me sacaba los mocos frente al espejo cuando a mis anchas subía y bajaba de un piso a otro!, Ja, ja, ja,

- ¡Nunca te fíes de un espejo! -terminé diciendo.

Ambos reímos como brutos por su confesión, pero Ana se puso rojísima y bajó la cabeza, mientras que Livia con una frialdad que sólo igualaría el trasero de un pingüino sentado sobre la nieve en la Antártida me miraba fijamente.

- Sí, -repuse-. Entre piso y piso ocurre de todo –y le lancé una mirada desafiante a Livia.

Ana había sido requerida en amores por mí dos meses antes y me había rechazado de cruel manera, sólo que ahora yo conocía el porqué de aquella situación.

Desde hace dos semana sigo con especial atención el atracón carnal que se pegan Ana y Livia diariamente a las 7:00 P.M. dentro del ascensor, justo cuando ya “nadie” se encuentra en el edificio, con excepción de nosotros, los guardias de seguridad…

Ahora sé perfectamente lo que debo hacer, y le sacaré provecho a la cinta grabada de aquel evento y que celosamente guardo en mi casa, veremos la cara que pone el rígido y moralista esposo de Livia, ya me imagino las venas saltadas del cuello del pastor de la iglesia bautista…

Aunque no quiero adelantarme a los hechos y llegar hasta ese punto, tal vez una buena cantidad de dinero podría hacer “desaparecer” el video y dar por concluido el caso… pensándolo bien, quizá una noche de desenfreno en un motel entre Livia, Ana y yo…

No lo sé, debo sopesarlo con calma y pensar detenidamente que hacer con esta oportunidad única, por lo pronto a saborear mi éxito.

Alcé mi taza de café triunfalmente y dije en voz alta:

- ¡Salud!


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Remo.

16 noviembre 2006

Día de la tolerancia.

Soy tan tolerante, que hasta me tolero a mí mismo.

¿Cómo no lo voy a ser con los demás?


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Remo.

15 noviembre 2006

“Tampico hermoso, oh puerto tropical…”

Con la llegada de un nuevo día, arribé a Tampico, un coraje la noche anterior jamás será capaz de arruinarme un solo día, mucho menos mis vacaciones en la playa.

Comencé a escribirle a Carlos mensajes a su celular, pero lamentablemente se encontraba en el estado de Hidalgo por lo que no fue posible conocerlo, quizá era lo mejor, el azar permitió que el gigante azul escuchara en silencio mis pensamientos.

Me instalé en un hotel céntrico e inmediatamente salí a caminar; divertido leí como es que en Tampico el Noa Noa, es un restaurante y el Escape un club para hombres heterosexuales, (algo totalmente diferente y opuesto a Chihuahua en el primero y segundo de los casos).

Mi desayuno consistió en una orden de bocoles (gorditas de manteca de cerdo rellenas de varios guisados con requesón y rodajas de aguacate encima y un globito (bebida elaborada con leche, hielo, rompope, canela y azúcar).

Comenzó a llover y no me quedó más remedio que refugiarme en el kiosco de la plaza de armas, desde ahí pude apreciar las ardillas negras y rojas que suben y bajan en los árboles y que son alimentadas con cacahuates por los turistas.

Me decidí entrar a la catedral y como siempre, me llevé un buen tiempo inspeccionando con detenimiento ese tipo de construcciones.

Descubrí con asombro que los azulejos que forman el pasillo central de ese templo, el cual lleva directamente al altar, tienen dibujada la suástica utilizada en la bandera alemana durante la segunda guerra mundial, ¡Increíble!, realmente increíble mi hallazgo.

Me hubiera gustado saber como es que ese símbolo hindú llegó a una catedral mexicana, durante que fecha, por idea de quien, y mil preguntas más que se agolparon en mi cabeza, pero nadie respondió mis cuestionamientos. Tomé fotografías de esa curiosidad y salí de ahí.

Deambulé por el centro de Tampico sin rumbo fijo, hasta que llegué a una esquina que decía:

“Cine Olimpia, las mejores películas europeas, prohibida la entrada a menores de edad”.

¡Vaya!, hacía años que no me adentraba en una sala que proyectara películas pornográficas por lo que decidí entrar. (Cabe aclarar que en Chihuahua ese tipo de cines no existen).

Varios minutos tardé en adaptarme a la obscuridad, y cuando lo había logrado, la función terminó, el dueño del lugar abrió puertas y ventanas, permitiendo una visibilidad total, mientras anunciaba que había gran surtido de lonches y golosinas en la dulcería del lugar (como si a uno se le antojara comer en un lugar así).

El Olimpia es un cine pequeño con asientos de cuero, tomé asiento en las primeras filas alejado unas seis butacas del más próximo espectador y me dispuse a disfrutar de la siguiente proyección.

En realidad no son cintas legales, lo que ahí proyectan, sino D.V.D. piratas de películas europeas de fechas recientes, según pude ver algunas fueron filmadas incluso en este año; llevaba como una hora en el lugar y me encontraba bastante entretenido presenciando como a una chica aparentemente de nacionalidad checa la penetraban entre cuatro tipos por todos lados cuando de pronto sentí una presencia que tomaba asiento en la butaca próxima de mi lado derecho, era un chavo que a lo mucho tendría dieciocho años y me dijo en voz baja:

- Si quieres te la mamo…

- ¿Qué, qué?, ¿Estás loco o qué?, -un ataque de risa nerviosa se apoderó de mí, me puse de pie sin dirigirle la mirada y salí del lugar…

¡Joder!, ya no puede uno disfrutar tranquilamente de una buena dosis de porno a solas, porque lo asedian.

¿Qué acaso los voyeur no tenemos derecho a un rato de solaz esparcimiento?…

Ya era tarde, por lo que fui a cenar un delicioso cóctel de camarones.

Al día siguiente el desayuno consistió en una migada (especie de tortilla gruesa sobre la que ponen una cama de frijoles negros machacados, y luego carne de pollo deshebrada, rodajas de tomate, lechuga, aguacate y queso), como bebida ordené una malteada de crema de coco… Delicioso, simplemente delicioso.

Acto seguido compré un boleto para una obra de teatro a las siete de la tarde llamada “Secretos de un Colchón”, en el Teatro Metropolitano, el elenco era de lujo: Rogelio Guerra, Alejandra Procuna, La Maestra Canuta, La Tarabilla, Pompín Iglesias (celebrando 60 años de actor) y Sergio Goyri, terminaría el espectáculo a las nueve de la noche, el tiempo justo para llegar a la central y tomar el camión de las diez de la noche con destino a Chihuahua.

Sin pensarlo mucho y aprovechando que el sol caía a raudales, me fui a la playa, pregunté a una señora cual de las dos playas era la más bella si la del sur o la del norte, al decirme ella que cualquiera sería una buena elección, eché un volado, si la moneda caía águila elegiría el norte, si caía sello sería la del sur, la suerte decidió que iría a la playa norte, sin embargo, después de esperar más de diez minutos al camión urbano que me llevaría a tal sitio, apareció en el horizonte un camión que decía “Playa Sur”, por lo que lo abordé de inmediato.

No es que sea impredecible, lo que ocurre es que cuando se tiene tan poco tiempo para disfrutar de la playa, uno debe de desaprovecharlo así como así, sino optimizarlo al máximo.

Tirado cuan largo soy sobre un camastro y a la sombra de una palapa, observé de lejos como un barco se adentraba en el Golfo de México y perderse en la inmensidad, sentí gran placer restregar las plantas de los pies en la arena, acto seguido, me dirigí al mar sin adentrarme mucho, ya que las olas eran bastante fuertes, y el “norte” había picado el mar.

Duré horas disfrutando del sol, la arena y el agua salada, eran las 5:45 de la tarde cuando decidí retirarme y subir a un camión urbano, le dije a un chofer, que me indicara donde bajar para llegar al Teatro Metropolitano, asintió y me llevó sabrá Dios a donde, porque cuando le recordé a donde iba, se asombró y me dijo:

- Ese lugar lo pasamos hace veinte minutos…

Bajé del autobús y tomé un taxi, llegué al teatro a las 7:20, yo iba algo triste por no presenciar la obra desde su inicio, pero al llegar una edecán me calmó diciéndome que por problemas técnicos la función comenzaría hasta las 7:30 de la tarde.

Definitivamente alguien o algo (de arriba o abajo, de izquierda o derecha), se empeñaba en que yo siguiera disfrutando en su totalidad mi última noche de vacaciones, así que lo tomé como la dosis de adrenalina y aventura que me faltaba para redondear completamente esos días.

Reí como loco en esa comedia de enredos y al final tomé fotografías de los actores, sé que está prohibido hacerlo, pero ni modo que me sacaran del lugar, si la función ya había terminado...

No sé cuando volveré a Tampico, pero deseo hacerlo nuevamente, es una ciudad económica y en la que uno con la debida actitud, la pasa realmente bien.

Carlos: Me debes un brindis con agua de huapilla, una torta de la barda y unas jaibas rellenas.


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Remo.

13 noviembre 2006

El preso.

(Un cuento infernal).

Un hombre recluido en un cuarto de tres por cuatro metros, siente pasar frente a su cara junto con la fresca brisa los recuerdos de su vida.

Aún evoca como si fuera ayer, el momento aquel en que su esposa vestida de blanco lo esperaba frente del altar.

¡Qué dicha sintió, cuando el padre pronunció las palabras: “Los declaro marido y mujer”!

¡Qué feliz era al iniciar una vida familiar!

Ahora que ella está lejos de sus brazos, comprende que nunca fue suya, que en realidad era una loca, y que él nunca prestó oídos a los consejos de su padre, que mucho le decía: “La cabra siempre tira al monte”, él prefirió hacerse el sordo a los rumores de infidelidad, hasta que su propia esposa Doña Caridad, le espetó un día que ella prefería una vida de vicio divertida antes que el destino de amante esposa aburrida.

Él, solo en una ciudad que no conoce, sabe que es de día porque el sol calienta su piel, y piensa con tristeza en su familia, lejana hoy del todo de su mundo.

Ante tan triste situación, sus nublados ojos se le llenan de agua.

¿Dónde está ahora su hijo, el orgullo de su apellido?

Armando está lejos, en otra ciudad, y aunque de pronto lo recuerda y le envía unos cuantos pesos para su manutención, no desea llevarlo a vivir a su lado, su padre José sólo alteraría el ritmo de su vida.

¿Cómo lidiaría con él?, Armando se pregunta.

¡Que terrible trampa le deparó el destino a José!, él que amaba la libertad, que salía de excursión a recorrer el campo, y conocer nuevos lugares, que gozaba la vida viajando, que de no ser por el ancla que su familia constituía se hubiera vuelto nómada…

Hoy el ratón de la soledad le tiene preso y cuidadosamente le roe poco a poco los huesos y la piel, ya consiguió arrancarle los ojos para que no viera en lo que su atrofiado cuerpo se ha convertido, y ahora de vez en vez, procura descarapelarle las pocas memorias que aún conserva en el cerebro para evitarle pensar.

No hay peor fin que el de José, encarcelado en el cuartel de máxima seguridad que el roedor de la melancolía le ha dispuesto, no recibe visitas, ni mimos, ni palmadas en la espalda, nadie escucha ni comprende lo que dice; sólo de repente percibe voces de extraños que le indican que es hora de comer o de tomar tal o cual medicamento.

Cuando el tiempo es benévolo uno que otro rayo de luz se atreve a saludarlo tibiamente.

A últimas fechas a José también lo estado frecuentando el gato de la locura, que aprovecha las ausencias del ratón de la soledad para piadosamente alejarlo un momento de su gris realidad, sólo así, -razona el gato de la locura-, José dejará de sufrir.

¿Cuánto tiempo durará esta “vida” que José tiene?; nadie pude saberlo. Los médicos dicen que su ritmo cardíaco es excelente, que su presión es normal, y que no posee ninguna enfermedad que lo aqueje.

Sin embargo yo sé que en sus breves instantes de lucidez lo que lo está matando de a poco son los recuerdos lejanos de un hijo y una esposa que decidieron abandonarlo en un asilo como si fuera un mueble viejo, antes que soportar las manías de un fastidioso ciego, que para colmo de males es un hombre decente.


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Remo.

10 noviembre 2006

Yo no me ofrezco…

Hoy por la mañana convocaron a junta para preguntar si alguien deseaba ser voluntario y quedarse de guardia trabajando durante el mes de diciembre, mientras los demás salían de vacaciones.

Yo levanté la mano resueltamente y dije:

- Yo me ofrezco… -pero de inmediato me dio un ataque de risa.

Todos preguntaron:

- ¿Qué te pasa?

A duras penas conteniendo las carcajadas les contesté:

- Es que yo no meo fresco, meo calientito; pero si quieren un voluntario, cuenten conmigo.

Algunos se rieron, otros sólo sonrieron, pero todos reaccionaron de una u otra forma.

Sí, lo sé. Fue una babosada y está mal; lo bueno es que siempre he tenido la capacidad de reírme de mí mismo.


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Remo.

09 noviembre 2006

Incordio y cambio de piel.

El pasado día dos de noviembre al llegar a la ciudad de León procedente de Morelia tuve una desavenencia con alguien a quien yo consideraba un amigo.

Omitiré su nombre por respeto, aunque él no lo haya tenido para conmigo y se haya dado el lujo de cometer un abuso de confianza de grandes magnitudes.

Así que de una vez por todas mandé al diablo su “amistad” y en plena central camionera tomé la decisión de variar un poco mi ruta, ya no visitaría León, Guanajuato, San Miguel de Allende ni Dolores Hidalgo, en su compañía; analicé al menos cinco opciones en dos minutos y terminé adquiriendo un boleto hacia Tampico, Tamaulipas.

Sólo el gigante azul podría llevarse con sus olas mis hondas cuitas.

Quienes me conocen bien saben que un coraje me dura diez minutos, pero las decisiones que tomo no tienen reversa, así de duro soy.

Por ello decidí cambiar la plantilla de este sitio; cuando un ser querido desaparece de mi horizonte, siempre cambio de carril en esta carretera de la vida.

Ya lo sabes R., así se enderece Cuasimodo para mí sólo eres hoy un ex-amigo.


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Remo.

06 noviembre 2006

“Caminos de Michoacán, y pueblos que voy pasando…”

Pátzcuaro, Uringuarapexo, Zacapu, Zichaxuácuaro, Uayameo, Pareo Curínguaro, Pecátuaro, Iramuco, Capacurio, Patamu-Andacaraho, Tarimichúndiro, Tzintzuntzan, Ihuatzio, Janitzio, Cocupao, Jarácuaro, Guayameo, Purenchécuaro, Tzirúndaro, Puácuaro, Erongarícuaro, Tácuaro, Arocutín, Huecorio, Zirahúen Tzentzenguaro, Zitácuaro, Zinapécuaro, Tzurumútaro.

No, no son trabalenguas, son los nombres de algunos de los poblados del estado de Michoacán en lengua purhépecha, como notarán muchos de ellos terminan en –cuaro, lo cual significa lugar de o lugar donde, así Pátzcuaro significa el lugar donde descienden los dioses

Mechoacan significa en náhuatl lugar del pescado y es de ahí de donde se deriva el actual nombre de Michoacán, los tarascos eran aguerridos y nunca fueron sometidos por los aztecas, y astutamente al ver la suerte de los mexicas, pacíficamente depusieron las armas, por lo que no fueron conquistados por los españoles con las armas, sino con la evangelización.

Llegué en la tarde a Morelia, la capital del estado de Michoacán, y de inmediato después de alojarme en un hotel colonial que fue un convento hace siglos, me dediqué de inmediato a recorrer el centro histórico, el atardecer le da un aspecto rojizo a la ciudad, la cual al estar construida de cantera le da un encanto sumamente especial.

Cual no sería mi sorpresa al encontrarme a “maestros” y “miembros” de la APPO de Oaxaca tratando de incitar a la población a que se sumaran a su movimiento; afortunadamente, los michoacanos saben que de seguirles el juego a esos anarquistas sufriría Morelia la misma suerte que Oaxaca, un joven “estudiante” me dio en la mano una arenga “izquierdista”, mientras sus compañeros elaboraban proclamas en cartulinas, más tardó en entregármelo que yo hacerlo añicos en su presencia, y arrojárselo a los pies, molesto iba a decirme algo, pero me le adelanté, lo miré a los ojos y le dije:

- Yo con la derecha, hasta para escribir... (Por fin pude vengarme zórpilamente de un “APPO” después de que en Oaxaca impidieron el desarrollo de la Guelaguetza).

Ja, bola de perturbadores, me gustaría ver que ahí pintarrajearan con su asqueroso graffiti la catedral como lo hicieron en Oaxaca, claro que no se atreverían, aunque en Michoacán gobierna un partido izquierdista, la policía estaba atenta a cualquier movimiento no conveniente de los APPOS contra los turistas o que atentara contra su hermosa ciudad.

Después de saborear mi “victoria”, me dediqué a recorrer Morelia; de inmediato me fui al mercado de dulces, había que comprar calaveritas de azúcar y chocolate, además de los tradicionales ates.

Por la noche la ciudad se ilumina sólo con faroles, no están permitidos los anuncios de neón, caminando de un lado a otro fui hasta la fuente de las tarascas y el acueducto colonial, su viento fresco me recordó que era ya de noche y me dispuse a dormir.

El primer día me dediqué a viajar a Pátzcuaro y Janitzio, que aunque iba a visitarlos en la noche de muertos, deseaba estar en esos lugares con la luz del día.

Pátzcuaro.

El lugar donde descienden los dioses, es en verdad uno de los pueblos más pintorescos que yo haya conocido, (y miren que he viajado), para empezar: todas, absolutamente todas las casas están pintadas de color blanco, tienen techo de tejado y pintado en color rojo ladrillo un metro de altura desde el suelo. Los establecimientos tienen todos títulos en español y la primera letra siempre es en color rojo, el resto en color negro y siempre con mayúsculas, respetando de manera estricta la ortografía. Indagando con los lugareños, me dijeron que los nombres bicolores ayudan a alejar la mala suerte y propicia el que los negocios siempre florezcan.

Su gastronomía es deliciosa, el pescado blanco de Pátzcuaro tiene un sabor tan especial que no se compara al de ningún otro, beber el atole de grano de elote constituye una experiencia gratificante ya que el clima en esta región lacustre es bajo, por tanto llevarse al estómago dicha bebida caliente es siempre reconfortante, su color es verde y su sabor dulce, ahora que si se desea se le agrega chile manzano, y sal convirtiéndolo en un caldo, que no los engañe el nombre, el chile manzano es picosísimo, yo cometí ese error, y tuve que comprar otro atole sólo para quitarme lo enchilado.

No pude evitar elevar una oración -invento mío- en memoria de Gertrudis Bocanegra, justo al pasar por la iglesia en la que le negaron el acceso a esa ilustre heroína de nuestra independencia el día en que la fusilaron; ella es famosa por su valor y su discreción de no revelar un solo nombre de los demás insurgentes aún a costa de su vida. Gertrudis Bocanegra, nació y murió en Pátzcuaro, su nombre debe estar a la altura del de Josefa Ortiz de Domínguez y gritarse el día de la independencia.

Janitzio.

Si Pátzcuaro me impresionó, Janitzio me dejó boquiabierto.

Esta pequeña isla en medio del lago de Pátzcuaro no tiene calles ni carreteras, entre casa y casa sólo hay pequeños callejones de uno o dos metros de ancho con escalones que lo llevan a uno a la cima, donde se encuentra una estatua del Siervo de la Nación: José María Morelos y Pavón, este monumento mide 48.75 metros de altura, su interior está hueco y conforme uno sube la escalera de caracol va apreciando los murales pintados por el artista Ramón Alva de la Canal, en el cual se representa la biografía del Morelos, ahí se muestra una famosa batalla en la que las tropas independentistas se encontraban bañándose en el río cuando fueron atacados por las fuerzas españolas, y así desnudos pelearon con tal ferocidad que alcanzaron la total victoria.

Desde arriba de la estatua la vista del lago es soberbia, se aprecian todos los poblados que rodean el lago así como las dos islas menores que se encuentran en el lago.
Copié estos versos escritos en la estatua y que era un cántico que las tropas entonaban para darse valor antes de una batalla durante la guerra de Independencia:

“Rema, nanita, rema,
rema y vamos remando;
por un cabo doy dos reales,
por un sargento un doblón,
por mi general Morelos
doy todo mi corazón”.

Con el alma saciada bajé a una fonda humilde, y mientras una mujer purhépecha con su tradicional vestido me servía un caldo de pescado blanco, pedí a un trío que me cantaran dos canciones: “Caminos de Michoacán” (que da título a este escrito) y “Juan Colorado”, ante la aprobación total de otros turistas, estos himnos michoacanos condimentaron mis alimentos.

Janitzio es de los purhépechas que nacieron ahí, por lo que existe un decreto presidencial que expresamente prohíbe a cualquier mexicano o extranjero tener una casa ahí, Janitzio es un refugio para esa etnia.

Al día siguiente (31 de octubre y día de mi cumpleaños) quise conocer Tzintzuntzan, aunque para llegar a esa población había dos rutas carreteras, una me llevaba a Pátzcuaro y otra a Quiroga, la elección para mí fue más que obvia, conocer una nueva ciudad me excita siempre sobre manera.

Quiroga.

Nunca imaginé lo que iba a encontrarme ahí, miren que ellos se definen como “La capital mundial de las artesanías y las carnitas”, hay tanto que comprar y tan barato que uno se vuelve loco en medio de tantas curiosidades, aproveché para adquirir tazas con motivos tarascos para mi familia, la comida resultó de mi total agrado, las carnitas de cerdo son absolutamente deliciosas acompañadas de una salsa pico de gallo y tortillas de maíz recién hechas. Lo verdaderamente importante de Quiroga es que las mujeres mayores muestran con orgullo su atuendo típico y cubren su cara con rebozos, mientras que las mujeres jóvenes peinan sus cabellos con trenzas y en un hecho inaudito el pan se distribuye a la usanza antigua: en bicicleta y con una especie de sombrero-canasta donde los panaderos van dejando un rastro de delicioso aroma del pan recién sacado del horno.

Tzintzuntzan.

Pronúnciese rápidamente como /sin-sun-san/, la antigua capital del imperio purhépecha es hoy un pequeño poblado de tres mil habitantes, sin embargo, sus impresionantes yácatas constituyen una zona arqueológica importante.

Las yácatas tarascas son una serie de edificaciones mitad circulares y mitad rectangulares en donde se llevaban a cabo los entierros de los nobles, existe también un pequeño tzompantli en el cual se colocaban en estacas los cráneos humanos de los guerreros vencidos, curiosamente, aunque se practica en la noche el juego de pelota encendida, no existen restos del juego de pelota prehispánico.

Las yácatas se ubican en lo alto de una colina, desde donde la vista del lago es maravillosa, ahí tirado sobre el pasto y a la sombra de un árbol respondí cuanto mensaje de felicitación me llegaba al celular; curioso observé que colocaban un templete frente a las yácatas, indagué y la suerte se empeñó en favorecerme, ya que en la tarde se llevaba a cabo la representación de la obra de teatro “Don Juan Tenorio”, no bien hubo acabado dicha obra, regresé a Morelia, para asistir a la ópera en la catedral, al término de la cual encontré este bellísimo poema de autor anónimo escrito en el reverso de una de las múltiples puertas de la catedral moreliana que pongo a su disposición:

"Acostúmbrate a morir,
antes que la muerte llegue,
porque muerto sólo vive,
el que estando vivo muere".

Caray
, ¡Cuánta sabiduría encierran esas letras!, me gustó tanto que por ahora lo quiero de epitafio en mi tumba.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que fue un cumpleaños lleno de placeres culturales.

El
día de muertos lo aproveché visitando el Zoológico de Morelia, además de abordar el tranvía cultural, y prepararme para el tour de la noche de muertos, el cual comienza a las cuatro de la tarde y finaliza doce horas después.

Noche de muertos.

Comenzamos visitando Tzintzuntzan, y la preparación de las tumbas, las cuales se adornan con flores de cempoalxúchitl, de color entre amarillo y naranja, las familias se muestran propicias para explicar el significado de los altares, en los cuales siempre hay tres niveles, el de abajo representa el inframundo, el del centro la tierra y el superior el cielo, también deben estar presentes los cuatro elementos, el agua que se deja en las tumbas por si las ánimas vienen sedientas, el fuego con las veladoras que les ayudan a iluminar su camino, el viento representado con frutas que cuelgan y por supuesto la tierra.

Debo comentar que para los purhépechas velar las tumbas de sus difuntos y ancestros es un deber sagrado, colocan fotografías de sus seres queridos, y las bebidas y alimentos que eran de su agrado, muchos ofrecen a los visitantes comida de sus ofrendas; por doquiera se aprecia el pan de muertos, plátanos, manzanas, y dulces de azúcar; las sepulturas de “los muertos nuevos”, que son los seres que fallecieron este año, llevan un arco de flores para indicar eso.

Me alejé del bullicioso cementerio y fue en las afueras donde compré ponche y pan de muertos, las familias más humildes que no tienen para rentar un espacio comercial, venden sus productos lejos de los turistas, y es a ellos a quienes siempre compro en primer lugar, vamos, que mi dinero sirva en algo para remediar su precaria situación.

De ahí fuimos a Pátzcuaro a visitar el mercado de artesanías, adquirí un “chuyo”, de lana el cual es un gorro de origen peruano, que desde el lago Titicaca ha emigrado y sentado sus reales en el lago de Pátzcuaro, muy propio para cubrir mi cabeza y orejas del inclemente frío. Perú me seguía por todos lados, y terminé comprando un suéter de piel de alpaca, además congenié bastante bien con un chavo que desde ese país sudamericano venía a visitar nuestras costumbres, de ahí en delante nos hicimos compañía y terminé recibiendo una invitación a visitar Cajamarca, Perú.

Cenamos unas deliciosas corundas (especie de tamal de maíz en forma triangular envueltas en hojas de plátano), uchepos (tamales de elote tierno envuelto en hojas de maíz), toqueras (gorditas de maíz rellenas), churipo (caldo de res con chile rojo y col de árbol) todo acompañado de atapakúa (salsa que yo pedí de chile negro), de postre unos chongos zamoranos (dulce de leche con fresas) y por supuesto para aguantar el frío unos buenos vasos de ponche con su “piquete” de charanda (la charanda es para Michoacán lo que el sotol para Chihuahua, el mezcal para Oaxaca o el tequila para Jalisco).

¡Ay, ay, ay!, ¡Ajúa!, ahora sí bien ambientados nos dirigimos con nuestro guía del grupo al embarcadero rumbo a Janitzio.

Llegamos a la isla justo en el momento de presenciar un festival de pirekuas, los cuales son danzas y cantos que los tarascos ejecutan esa noche, una a una las delegaciones de los pueblos lacustres fueron presentando sus bailes con música en vivo, pude observar al menos cinco variantes de la mundialmente famosa danza de los viejitos.

Todo concluye con la danza de las mariposas, donde los pescadores de Janitzio a bordo de sus pequeñas embarcaciones alumbradas con antorchas en la parte delantera, llevan a cabo una pesca ritual en el lago al ritmo de violines y guitarras, créanme jamás había presenciado una danza acuática con tal precisión y belleza, el corazón me estalló de alegría.

La visita al cementerio es obligada, pero debo decir, que no me agradó, los indígenas tiene que soportar horas de flashazos de los turistas mientras permanecen al pie de las tumbas, para colmo las hordas juveniles no le muestran el respeto debido a un camposanto, pues la mayoría están alcoholizados y caminan tambaleándose entre las tumbas, ya derriban aquí una veladora, ya empujan a otra persona por allá, todo esto acompañado de frases altisonantes, me retiré un poco indignado de ahí, y es que el cementerio de Janitzio es demasiado pequeño, yo propondría que esa noche permaneciera cerrado y que no se permitiera el acceso a los turistas, sólo a los lugareños, desde afuera se pueden tomar buenas fotografías.

Embarcamos nuevamente, no sin antes de haber comprado un vaso de charales (pequeños pescados incluso menores en tamaño al dedo de la mano), los cuales calentados en un comal de barro, salados y rociados de chile y limón saben muy bien, tanto que mi nuevo amigo peruano, Diego, decidió comprar varios vasos para seguirlos comiendo como botana.

Llegamos a Tzurumútaro, aquí las ofrendas son diferentes, perdura el arreglo con flores de cempoalxúchitl, pero se ofrecen a los muertos calabazas y mazorcas de maíz, se trata de un pueblo que en época del Presidente Lázaro Cárdenas fue colonizado por indígenas yaquis del norteño estado de Sonora, por ello son costumbres diferentes y ahí tiene su altar “Tata Cárdenas” como cariñosamente le llaman aún a ese querido Presidente.

Un nuevo día llegó, con el tiempo suficiente apenas de comer una sopa tarasca,(sopa de frijol con tres chiles) una ensalada de nopales con chapulines espolvoreados y probar el pollo en mole michoacano, (el cual no está hecho a base de chiles, sino de tamarindo) y de postre una nieve de pasta.

Al pie del cerro del Quinceo, me despedí de una ciudad hermosa, colonial y que es ya patrimonio no sólo de México sino de la Humanidad.

¡Morelia que orgulloso estoy de que seas parte de mi herencia cultural!

Como aún me quedaban días de vacaciones, decidí viajar a otra ciudad… Aunque esa, como dijo la nana Goya: “Es otra historia”.


NaCl-U-2


Remo.