17 febrero 2010

Mis carreras en 2009.

El año 2009 para mí fue magnífico en cuanto a carreras, ya que logré bajar mis tiempos de una manera importante. He aquí una breve reseña.


Guachochi, la tierra de las garzas fue escenario de una batalla deportiva sin igual, ubicado a una altura de 2,400 metros sobre el nivel del mar, para quienes subimos de altitud representa un esfuerzo extra.

Así nos recibió esta hermosa población enclavada en la Sierra Tarahumara, con sus estatuas de garzas a mitad de un lago.



La Barranca de la Sinforosa, impresionante, la reina de las barrancas.

El Ultramaratón consiste en correr 100 kilómetros, aclaro que para llegar a la meta es necesario bajar hasta el fondo de la barranca, atravesar un río y volver a subir, el atleta más veloz logró completar el recorrido en 9 horas 7 minutos y 4 segundos, su nombre Silvino Cubesare, rarámuri de nacimiento.
Mi equipo listo para saliren la carrera de los 10 kilómetros. (Numeraditos de mayor a menor de izquierda a derecha). Raúl, Remo, Uriel, Jorge y Jorge Jr.



Manzanares (cachucha roja y traje deportivo azul marino), miembro de mi equipo de corredores, completó los 63 kilómetros en 10 horas. Todo un atleta de mi mayor respeto, aprecio y consideración.



Mi llegada a la meta, en medio de una fuerte lluvia, logré cerrar con fuerza y vencer a un rarámuri por escasos dos metros, lo que equivale a un segundo de diferencia.


Esta es mi raza de bronce, llegando a la meta después de cubrir 100 kilómetros de carrera.



Los hombres de los pies ligeros, los corredores de a pie, los rarámuri... aquí nadie gana excepto ellos, ni kenianos, ni etípoes, ni gringos...



Así quedan los pies después de 100 kilómetros de carrera... ellos corren con su atuendo indígena, lo cual incluye huaraches.


Listos para conquistar la cima del Cerro Coronel.

Estoy en medio de los juveniles de mi equipo, de izquierda a derecha: Fundi, Rulo, Remo, Ticho y Gallito.


Por suerte me tocó mi número favorito en la primera carrera nocturna celebrada en Chihuahua.


¿Y díganme si no me dió suerte el número 27), he aquí mi mejor tiempo en los 5 kilómetros y medio... 20 minutos, 52 segundos y 91 centésimas... me siento orgulloso de este logro.


Ah, el 21 K Oxxo, esta foto corresponde al kilómetro 10 donde haciendo un gran equipo íbamos de izquierda a derecha, Alex, Miguel, Felipe, Juan y Remo. (El chico de playera azul se acopló a nuestro ritmo pero no forma parte de nuestro equipo de corredores).



En el kilómetro 12 de izquierda a derecha, Alex, Juan, (atrás levantando la mano) Miguel y Remo.


Parte de mi equipo de corredores, agotados pero sonrientes después de 21 kilómetros.

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Remo.

09 febrero 2010

Estación Creel y sus alrededores.

Iglesia.



Kiosco.



Iglesia.



Museo.



Sólo el tren altera un poco la tranquilidad de Creel.



Entrada al cerro del Cristo.



Creel desde lo alto del cerro.



Aproximándome a la cumbre.



Adoratorio.



El Cristo de cerca.






Virgen de mosaicos.


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Altar.



Creel se encuentra a 2,400 metros sobre el nivel del mar, por lo mismo es un lugar de concentración obligado para los deportistas de alto rendimiento

Juro que el oxígeno puro y la altura afectaron positivamente en mi rendimiento deportivo.

He aquí de recuerdo la amisa de Ruth Grajeda, velocista que nos representó en las Olimpiadas de Pekín.



Qué decir de uno de los mejores marchistas mexianos de la actualidad, he aquí la camisa de Horacio Nava.



Estas pintas en las bardas de Creel si me gustan, y más aún los bellos poemas en rarámuri y su traducción al castellano.






























Barrancas del Cobre y su increíble majestuosidad. Se ha inaugurado un bello mirador y pronto a un teleférico le harán lo propio, habrá que acudir para descender cómodamente.









Estación ferroviaria de las Barrancas del Cobre.



Caballo pastando en el lago de Arareko.



Lago de Arareko, remanso de paz. Simplemente me acuesto en las rocas y dejo que el tiempo pase, mientra oigo el lento chocar de las olas y uno que otro pato graznar a lo lejos.









Mi sombra sobre el lago.



Piedra del elefante, díganme si no le hayan parecido (de lado y de frente).









Mi sombra sobre la carretera... Aquí hacía distancia de hasta 20 kilómetros corriendo diariamente.



Adiós Creel, prometo volver por más paz, oxígeno y altura.






Abruptamente la fisonomía de mi estado cambia dejando los pinos paso a la inmensa llanura chihuahuense y sus pastizales.







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Remo.