29 abril 2011

La herencia moderna.

Doña Marianita, una adorable anciana se encontraba ya en su lecho de muerte.

Por largo tiempo había meditado detenidamente sobre quien o quienes deberían ser los felices herederos de los bienes que a todas luces modestamente poseía.

Con resolución, llamó a la familia entera para que estuvieran presentes en el acto testamentario; y es que no era cosa menor, hábilmente había decidido nombrar una única heredera, una quien a su juicio, constituía de sus nietas, la más inteligente

Llamando cariñosamente con voz trémula y pausada a Gloria, -gloria de las matemáticas y de la informática-, le dijo:

- Yoyita, mi amor, antes de morirme, quiero que todos sepan que he decidido heredarte un rancho que tengo desde hace tiempo: ahí mismo encontrarás que se encuentran tres casas y dos tractores, hay también un granero, un gallinero, veinte vacas, diez caballos, quince ovejas, veinticinco chivos y cinco carros. Cuida todo muy bien por favor, hijita, yo sé que sabrás administrar todo de manera muy eficiente, te lo dejo todo a tu sabio criterio, te amo corazón.

La familia entera quedó sumida en el silencio más profunta ante una sorpresa de tal magnitud, - por todos era sabido que si bien Doña Marianita no vivía en la miseria, tampoco gozaba de grandes lujos, su condición económica era más bien de clase medianamente media-, finalmente con la voz temblando de emoción y ambición, Gloria, la feliz afortunada le preguntó:

- ¡Abuelita!... Pe, pero… ¿¿Y dónde se encuentra la ubicación de ese súper rancho que posees y que a toda la familia siempre nos has ocultado??, ¡¡¡Vaya secreto!!!, ¡¡¡¡Eres lo máximo, abuelita!!!!, ¡¡¡¡¡TE QUIERO MIL, NUNCA CAMBIES!!!!!

Doña Marianita -que ante tal muestra de hipocresía ya se estaba medio arrepintiendo de su desición-, le respondío un tanto molesta:

- ¡¡¡Pues en el FACEBOOK, pendeja!!!, ¡¡¡¿¿Qué diablos pensabas??!!!


NaCl-U-2


Remo.

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