20 abril 2009

Vacaciones de verano.

(Quinta parte).

..."Ven, ven ven, vamos a Tabasco que Tabasco es un edén"...

La bella catedral de la ciudad de Villahermosa, capital de Tabasco.



El monumento a La Mujer-Ceiba (recordemos que la ceiba era un árbol sagrado para las culturas del sureste de México).


..."Voy, por la vereda tropical"...

Este alegre caminito conduce al parque-museo La Venta, donde se expone lo mejor de la cultura madre de mesoamérica: La Olmeca (la cual -y por mucho- es la que más me ha intrigado desde siempre).


La Venta se encuentra al borde de una laguna natural... pajarito, pajarito... no te muevas...


Sí, lo sé, es un paseo cultural, pero el atleta que me acompaña y no descansa nunca, no pudo resistirse a trotar un poco por esta hermosísima orilla.


Así se ve la laguna casi al atardecer.


No cabe duda, que recordar es volver a vivir... se respira una paz... ¿Se puede ser infeliz en un sitio así?


Sobre la cerca que delimita el parque-museo, un gracioso equilibrista.


No se me permitió el acceso total a la parte alta de esa torre... pero no importa.


Desde los peldaños que sí pude subir de la torre.


Fuentes y busto dedicado al Sr. Pellicer.


El Palacio de Gobierno tabasqueño por la noche.


La Casa de los Azulejos, precioso edificio de la época virreynal, hoy convertido en museo.


¡Ea, ea!, la fiesta comienza al caer la tarde, y en estos pintorescos camioncitos doy un festivo recorrido por los principales puntos de la ciudad, eso así a ritmo de cumbia.

¡Amargado y amargoso el que no cante y baile!



NaCl-U-2


Remo.


01 abril 2009

Vacaciones de verano.

(Cuarta parte).

El Caribe mexicano me recibió con sus tibias olas, su blanca arena y su brillante sol.

Esta fue la octava vez que visité la más hermosa de las playas.


Como siempre que estoy en la Riviera Maya, procuro encontrar la playa más alejada para estar en comunión constante con la naturaleza, a lo lejos un velero que sólo realza la belleza turquesa de mi mar.


Observen ustedes: sólo una choza a lo lejos... me fascinan las playas vírgenes, estoy casi solo en esta parte de Quintana Roo... me he vuelto de pronto un ermitaño y lo disfruto enormemente.

Ni tardo ni perezoso, cabo una zanja en la arena y me entrego a la paz total... cierro los ojos y sólo escucho el lejano graznido de gaviotas, el constante romper de las olas contra la blanca arena y de vez en cuando el suave susurro del viento que me arrulla.


No existe un atardecer más bello que el que se contempla en la laguna de Cancún.


Tan embelesado estoy con la naturaleza que me despojo de complejos y me tomo una foto a mí mismo... al desnudo.


Cancún, Playa del Carmen, Xel-há, Xcaret, Isla Mujeres, Cozumel, Tulum y Chichén-Itzá.

Así fueron mis días y mis noches, volveré en este 2009, lo prometo.


P.D. Esta bitácora tardará algunos días en actualizarse; el motivo: me voy de vacaciones a Mazatlán en esta Semana Santa, sí lo sé... me lo han dicho varias veces: pero viajar es un vicio demasiado arraigado en mí y estoy consciente que jamás me podré librar de él (además no quiero eliminarlo). Sólo espero poder entrenar adecuadamente en la dorada arena de Sinaloa.


NaCl-U-2


Remo.