Sin aliento...
Sí, así me quedé ayer al escucharte, totalmente sin aliento...
Hace cuatro años cuando te ví cruzar por aquella delgada línea me dejaste igual.
Lo recuerdo perfecto, era una cálida tarde de verano, y justo interrumpí mis alimentos para verte.
No tienes idea de lo que removiste en mi alma.
Los dientes apretados, mis dedos cruzados, la piel chinita, y el corazón que de lo loco quería saltárseme del pecho.
Esa tarde grité tu nombre, tu victoria fue mía, y bendije tu nombre.
Yo te ví tan de cerca y tan lejos a un tiempo...
Seguro estoy que percibiste en el aire mi vibra.
Ese día lejano me motivaste a seguir adelante, me enseñaste que el que quiere puede y quizá eso fue lo que me dio el último empujón para apreciar el terminar con la lengua de fuera.
En octubre estuve a nada de verte, de estrechar tu mano, de tomarme una foto contigo, porque debes saber (aunque nunca leerás esto), que no siento por tí un amor carnal, no es la pasión que un hombre siente por una mujer lo que me anima a escribir esto, sino el profundo respeto con el que se venera a una imagen sagrada.
Quizá nunca más sabré de tí, pero ni falta que hace, la lección de dignidad que ayer me has dado no hace sino convertirte en leyenda.
Nunca serás olvidada.
Bienvenida a la eternidad, Ana Gabriela Guevara.
NaCl-U-2
Remo.
Hace cuatro años cuando te ví cruzar por aquella delgada línea me dejaste igual.
Lo recuerdo perfecto, era una cálida tarde de verano, y justo interrumpí mis alimentos para verte.
No tienes idea de lo que removiste en mi alma.
Los dientes apretados, mis dedos cruzados, la piel chinita, y el corazón que de lo loco quería saltárseme del pecho.
Esa tarde grité tu nombre, tu victoria fue mía, y bendije tu nombre.
Yo te ví tan de cerca y tan lejos a un tiempo...
Seguro estoy que percibiste en el aire mi vibra.
Ese día lejano me motivaste a seguir adelante, me enseñaste que el que quiere puede y quizá eso fue lo que me dio el último empujón para apreciar el terminar con la lengua de fuera.
En octubre estuve a nada de verte, de estrechar tu mano, de tomarme una foto contigo, porque debes saber (aunque nunca leerás esto), que no siento por tí un amor carnal, no es la pasión que un hombre siente por una mujer lo que me anima a escribir esto, sino el profundo respeto con el que se venera a una imagen sagrada.
Quizá nunca más sabré de tí, pero ni falta que hace, la lección de dignidad que ayer me has dado no hace sino convertirte en leyenda.
Nunca serás olvidada.
Bienvenida a la eternidad, Ana Gabriela Guevara.
NaCl-U-2
Remo.
11 Comentarios:
No pos si, una mujer de pelo en pecho, esperemos que su sacrificio rinda frutos, por lo que ví en el noticiero matutino, creo que sí, saludos Rene!
que ovarios de mujer eh? mis respetos pa esta paisana y su conciencia moral. una tremenda pérdida pal deporte en este decrépito país.
que bueno que no sientes por ella amor carnal, ya me hubieras preocupado.
admiración...amor carnal, neeeeeeeeeeeeeeeeel carnal!
bienvenida a la historia pues!
Somos vulnerables cuando idolatramos pero si ello nos provoca un afán de superarnos a nosotros mismos, ¡fundemos una secta!
Ö_Ö
Animo Maniaco
PLUR
Una mujer muy valiente (alfin y al cabo noteña) y muy claridosa. Mi espiritu y corazon estan con ella. M buen pste el tuyo. Gracias por la fotos de Chihuahua. Valdria la pena que la colocaras en tu blog.
Ni hablar.
Saludos.
Muy bonita forma de expresar admiraciòn y mucho màs por una mujer.
Eres mi tocayo, yo en mujer. Te invito a mis blogs y que leas mis espacios. Fueron hechos con la misma energìa que le imprimes a tus escritos.
www.desdemiinterior-shanty.blogspot.com
www.muchoteatro-lmmr.blogspot.com
Marìa Renèe
Vaya, que bonita dedicaciòn. Dichosa la mujer que la recibe.
No me dì cuenta que elegì el mismo post. Para que veas como me gustò.
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