Maldito otoño.
No me agradan los cambios de estación, este otoño de plano me ha sentado mal, lo detesto.
Y miren que a pesar de tomar diariamente jugo de naranja, el frío viento que ha comenzado a soplar desde el norte ha minado mi frágil sistema de defensas.
Hace exactamente cuatro días me ha comenzado un pequeño flujo nasal, en mí cualquier síntoma por pequeña que sea reviste de mayor importancia, pues propenso soy a coleccionar inflamaciones de garganta, tos, fiebres y por supuesto catarros.
Me he mirado varias veces las amígdalas en un espejo y aunque rojas aún no aparecen los temibles puntos blancos en ellas que tanto me desagradan, no hay tiempo que perder, armado de pastillas de miel de abeja con eucalipto y sauco me he dedicado a contra arrestar cualquier efecto nocivo durante dos días.
Aunque no me lo he buscado, sé que con mi estilo de vida incito a virus y bacterias a atacarme, pero no es mi intención.
Recientemente se presentó el grupo de rock Molotov y no sólo acudí a la primera fila después de desafiar a punta de codazos, empujones y puntapiés a quienes me impedían llegar a mi objetivo, sino que comencé a brincar al ritmo de "Frijolero", y arrojarme al "slam" a los primeros acordes de "Chingas tú, chingo yo, y chinga a tu madre", dando como resultado que sudé como bestia de carga, logrando descargar toda mi energía negativa.
No bien hubo terminado el concierto, y todavía con la camisa escurriedo, mi amigo Álvaro compadecido hasta las lágrimas de mi tremenda deshidratación me invitó a rehidratarme adecuadamente tomando cerveza; él sabe que soy proclive a la bebida atribuida a Gambrinus.
Acepté con la condición de que fuéramos a la terraza de la Taberna, lugar único en esta ciudad capital, porque está situada en el techo del cuarto piso de ese edificio, el cual me agrada sobre manera porque es un lugar al aire libre (ya saben, respirar humo de cigarro me provoca alergia de inmediato).
Nos dedicamos a libar negras modelos como lo haría un mosquito tigre hembra ante un par de pies con olor a queso francés, ya enfiestado comencé a bailar como una locomotora sin una de sus ruedas, tal fue el "éxito" de mi expresión corporal, que atrajo a un nativo de Monterrrey, el cual me preguntó que si era yo extranjero y me encontraba de vacaciones, porque al parecer bailaba como si nadie me estuviera viendo, a lo que respondí emocionado que desde bastantes años me importa un soberano cacahuate la opinión que los demás puedan tener de mí.
Debe haberle gustado mi respuesta porque se nos unió al festejo y hasta se enojó con sus amigos y amigas que no quisieron participar en nuestra clase maestra de movimientos improvisados (A Karol le consta que los regios siempre se me acercan a sacarme plática, sea por la camisa que uso o por mi muy deshinibida forma de bailar).
De inmediato no lo sentí, quizá por la cerveza ingerida; pero al día siguiente me comenzó a doler la garganta, las anginas amanecieron más rojas que de costumbre y recordé mi época moza cuando la voz me estaba cambiando en la adolescencia... sí amigos y amigas, traigo sonido estereofónico integrado.
Pero la culpa de todo la tiene el maldito otoño, ah, si no existiera esta estación y la que le sigue sería completamente feliz.
No pienso pelarlo, antes bien lo voy a retar, hoy en la noche me largo a presenciar al Ballet de Hungría, no es cosa de desaprovechar un evento de corte internacional así como así, aunque mañana... mañana ya lo sé, me levantaré con el cuerpo cortado, con los ojos llorosos y hasta con molesta tos, pero con el espíritu fresco, fortalecido y sublimado... maldito otoño.
P.D. Necesito un repelente de virus y bacterias otoñales, se aceptan sugerencias.
NaCl-U-2
Remo.
Y miren que a pesar de tomar diariamente jugo de naranja, el frío viento que ha comenzado a soplar desde el norte ha minado mi frágil sistema de defensas.
Hace exactamente cuatro días me ha comenzado un pequeño flujo nasal, en mí cualquier síntoma por pequeña que sea reviste de mayor importancia, pues propenso soy a coleccionar inflamaciones de garganta, tos, fiebres y por supuesto catarros.
Me he mirado varias veces las amígdalas en un espejo y aunque rojas aún no aparecen los temibles puntos blancos en ellas que tanto me desagradan, no hay tiempo que perder, armado de pastillas de miel de abeja con eucalipto y sauco me he dedicado a contra arrestar cualquier efecto nocivo durante dos días.
Aunque no me lo he buscado, sé que con mi estilo de vida incito a virus y bacterias a atacarme, pero no es mi intención.
Recientemente se presentó el grupo de rock Molotov y no sólo acudí a la primera fila después de desafiar a punta de codazos, empujones y puntapiés a quienes me impedían llegar a mi objetivo, sino que comencé a brincar al ritmo de "Frijolero", y arrojarme al "slam" a los primeros acordes de "Chingas tú, chingo yo, y chinga a tu madre", dando como resultado que sudé como bestia de carga, logrando descargar toda mi energía negativa.
No bien hubo terminado el concierto, y todavía con la camisa escurriedo, mi amigo Álvaro compadecido hasta las lágrimas de mi tremenda deshidratación me invitó a rehidratarme adecuadamente tomando cerveza; él sabe que soy proclive a la bebida atribuida a Gambrinus.
Acepté con la condición de que fuéramos a la terraza de la Taberna, lugar único en esta ciudad capital, porque está situada en el techo del cuarto piso de ese edificio, el cual me agrada sobre manera porque es un lugar al aire libre (ya saben, respirar humo de cigarro me provoca alergia de inmediato).
Nos dedicamos a libar negras modelos como lo haría un mosquito tigre hembra ante un par de pies con olor a queso francés, ya enfiestado comencé a bailar como una locomotora sin una de sus ruedas, tal fue el "éxito" de mi expresión corporal, que atrajo a un nativo de Monterrrey, el cual me preguntó que si era yo extranjero y me encontraba de vacaciones, porque al parecer bailaba como si nadie me estuviera viendo, a lo que respondí emocionado que desde bastantes años me importa un soberano cacahuate la opinión que los demás puedan tener de mí.
Debe haberle gustado mi respuesta porque se nos unió al festejo y hasta se enojó con sus amigos y amigas que no quisieron participar en nuestra clase maestra de movimientos improvisados (A Karol le consta que los regios siempre se me acercan a sacarme plática, sea por la camisa que uso o por mi muy deshinibida forma de bailar).
De inmediato no lo sentí, quizá por la cerveza ingerida; pero al día siguiente me comenzó a doler la garganta, las anginas amanecieron más rojas que de costumbre y recordé mi época moza cuando la voz me estaba cambiando en la adolescencia... sí amigos y amigas, traigo sonido estereofónico integrado.
Pero la culpa de todo la tiene el maldito otoño, ah, si no existiera esta estación y la que le sigue sería completamente feliz.
No pienso pelarlo, antes bien lo voy a retar, hoy en la noche me largo a presenciar al Ballet de Hungría, no es cosa de desaprovechar un evento de corte internacional así como así, aunque mañana... mañana ya lo sé, me levantaré con el cuerpo cortado, con los ojos llorosos y hasta con molesta tos, pero con el espíritu fresco, fortalecido y sublimado... maldito otoño.
P.D. Necesito un repelente de virus y bacterias otoñales, se aceptan sugerencias.
NaCl-U-2
Remo.
4 Comentarios:
Hace 2 meses Molotov se presento en San jose, California (en el centro de la herencia mexicana) y abrieron con chinga tu.. total que para la 3 rola, ya tenia los mismos sintomas que me cuentas
(no se si tenga algo que ver con los Molotov o con la edad - 30- cuando estaba mas joven, estas cosas nnca me pasaron)
saludos
Te deseo mejoría. Yo tampoco ando muy católica con esto del otoño y sus vientos traicioneros. En fin, comeré naranjas por ti y por mí.
Besos.
mi querido zorpilo, que sorpresa me ha dado su cambio de piel, le deseo harta longevidá y mucha mas evolución, cambiare su link pa acá, lo prometo, mientras tanto ya no sea remilgoso y alegrese un poquito, acuerdese que las lunas de octubre son muy hermosas... ahh!! creo que escribire de esa luna que nace detras del chitiamitl en mi huaxteca querida y su hermoso color sangre. abrazos!
Nada, bienvenido al club del kleenex como mi mejor amigo... *_*
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