Conchita…
Había en la Universidad una chica preciosa, a quien todos le decían de cariño Conchita, ella tenía una cara de muñequita, parecía de porcelana, sus modales eran tan dulces, delicados y finos, que despertaban al instante mis más bajas pasiones y sucias ideas.
Cierta vez nos encontrábamos mi amigo Lucas, mi amigo David y yo platicando fuera del salón de clases, y me brotó una frase desde el fondo de mi corazón:
Yo: - ¡Quisiera ser tortuga!
Lucas: - ¿Qué?
David: - ¿Y eso para qué?
Yo: - ¡Para dormir con Concha!
Los tres: - Ja, ja, ja.
Cierta vez nos encontrábamos mi amigo Lucas, mi amigo David y yo platicando fuera del salón de clases, y me brotó una frase desde el fondo de mi corazón:
Yo: - ¡Quisiera ser tortuga!
Lucas: - ¿Qué?
David: - ¿Y eso para qué?
Yo: - ¡Para dormir con Concha!
Los tres: - Ja, ja, ja.
Lo incómodo fue que Conchita nos estaba escuchando a nuestras espaldas… de ahí en delante jamás se atrevió a volverme a mirar a los ojos, y siempre se ruborizaba cuando pasaba a mi lado… nunca pude volver a ganarme su confianza.
NaCl-U-2
Remo.
4 Comentarios:
jajajaja...en mi lépera tierra luego se dice:
Quisiera ser tortuga!!!..y me chup.. los webos!...
chale..me malviajé..
jajajajajajajaja, le hubieras dicho que lo que cuenta es lo se dice desde el fondo del corazon, chance y caia...
Cuando hablas mal de alguien es altamente probable que esté atrás de ti...
Saludos Murphiescos...
Ash, pues igual y finge coraje... ¿no? no hay nada peor que el síndrome del Chavo del Ocho, eso si...
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