La vida te da sorpresas.
¡Qué mal me siento!, anoche la parranda fue infernal, sólo recuerdo que llegué a casa sabrá Dios como y hoy que desperté, tengo el efecto de una cruda espantosa.
Intentaré levantarme para ir a comprar un clamato, unas cervezas o algo que aliviane mi lamentable estado.
Todo este desastre se lo debo a mi trabajo, sí, es por él que he obtenido grandes satisfacciones, pero también grandes pesares, nada menos anoche los dos se dieron casi al mismo tiempo.
A diario recibo decenas de llamadas y mensajes electrónicos de mujeres que desean conocerme, es una locura, lo sé, pero no le permitiré a ninguna el gusto de verme en persona. Créanme, eso ya lo viví anoche y la experiencia de una cita a ciegas no tuvo en lo más mínimo un final feliz, viéndolo bien, ni siquiera tuvo una historia o un principio agradable.
Lo siento por ellas, las chicas seguirán viviendo una ilusión inalcanzable.
Desde hace un año y medio soy locutor de radio en la X.E.X.O. “Estéreo pasión”, y el programa que conduzco se llama “La hora del amor”, el nivel de audiencia que he alcanzado es uno de los tres más altos en esta ciudad, la programación es muy simple, mezclo melodías románticas en inglés y español a fin de crear un ambiente romántico en la audiencia y una atmósfera de confianza, ya que suelo emitir al aire mensajes de almas solitarias que desean conocer a su media naranja.
Es mi varonil voz lo que tanto las atrae, me lo han dicho cientos de veces por teléfono, lamento que sus calenturientas mentes imaginen un hombre como Brad Pitt al sólo escucharme, no soy ni feo ni guapo, pero no como ellas sueñan un hombre galante y galán.
Tengo una espina clavada en el corazón desde ayer, y es que Nora, (una de mis primeras fans), me llamó por teléfono a la radiodifusora durante mi programa hará cosa de un año y me propuso continuar la plática por medio del chat, me aseguró que no le importaba de ninguna manera mi aspecto físico y que por mi voz y mi escritura ella intuía que yo era un perfecto caballero, después de mucho insistir por su parte, quedamos en salir a tomar un café.
A la hora buena me rajé como los meros machos, no me atreví a asistir al encuentro, y la dejé plantada de la manera más grosera y vil; supuse que aquella actitud tan poco educada de mi parte la desalentaría por completo y jamás me llamaría nuevamente. Craso error, Nora continuó con mayor ahínco llamándome a la cabina.
Desde hace un mes fui nominado junto con otros tres colegas de diferentes radiodifusoras para asistir a un evento donde la Asociación de Estaciones Radiales entregaría un premio al mejor locutor del año, el trofeo consiste en un micrófono de oro.
Al enterarse de ello, Nora propuso que era la oportunidad idónea para conocernos, ya que ella laboraba en la Asociación, era una invitación a la que no podía negarme. El ser nominado prácticamente convertía en obligación mi asistencia a ese evento.
La fecha llegó ayer y me presenté a la fiesta con el mejor frac que encontré en la ciudad, realmente estaba muy elegante, Nora me había dicho que llevaría un vestido color rojo para la ceremonia y por correo electrónico anteayer me hizo llegar varias fotografías de su persona (es en verdad una mujer muy hermosa), yo no le envié ninguna al principio por temor y después me justifiqué para que aquella cita resultara en una verdadera sorpresa.
La sorpresa se dio, pero de mala manera.
Antes de la ceremonia los invitados convivíamos con los organizadores, entré al elegante salón y en cuanto la vi supe que era ella, sostenía delicadamente en su mano derecha una copa de vino, mientras observaba el reloj, me aproximé con una amplia sonrisa, pero mi presencia pareció no importarle.
Nerviosamente movía la cabeza de un lado a otro observando a la gente y saludando a lo lejos a sus conocidos. Tomé una bocanada de aire, me planté frente a ella y le dije:
- Hola Nora, soy yo, Raúl, el locutor…
Me miró fijamente de pies a cabeza y su boca alcanzó a balbucear algo que apenas si comprendí.
- ¿Tú?, ¿De verdad eres Raúl?
- Sí, soy yo, ¿Cómo estás?
Soltó una carcajada nerviosa y continuó mirándome con curiosidad, después de un breve silencio incómodo me dijo:
- Mira, la verdad es que no te imaginaba así…
Y de inmediato intentó alejarse con un gesto de repugnancia, como si tratara de evitar la presencia de un leproso.
La tomé de la mano y con el orgullo herido le dije:
- Bueno, tú no me imaginabas así ¿Cierto?, la verdad es que cuando comenzaste a llamarme yo ni siquiera te imaginaba…
Poco después anunciaron al ganador del trofeo, y anoche obtuve el muy codiciado micrófono de oro como el mejor locutor de radio, pero el triunfo en honor a la verdad no me supo a nada, me sentía humillado y despreciado y esos malos sentimientos no se apartaron de mí a pesar de los repetidos aplausos y felicitaciones recibidas.
Después de la ceremonia tomé alcohol como loco, quería ahogar mi pena a como diera lugar, así que al día de hoy tengo una cruda espantosa, y aquí estoy con la cabeza dándome vueltas, el estómago revuelto y una sed de los mil demonios.
Estoy considerando seriamente no levantarme, pero escucho que suena el timbre de la puerta, bajo las escaleras de mi departamento y grito:
- ¿Quién es? –pregunto malhumorado.
- ¡Vengo a la entrevista de trabajo! –me responden.
- Un momento por favor. –y rápidamente subo a mi recámara y me visto con un pantalón y una camisa apuradamente.
Lo había olvidado por completo, el día de ayer comenté en mi programa que se necesitaban urgentemente los servicios de una persona para el aseo doméstico de un departamento de soltero, di la dirección (sin decir que era la mía) y comenté que las entrevistas se llevarían a cabo a las doce del medio día.
Todo somnoliento y con el sol lastimando mis párpados abro la puerta y la veo, una linda mujer me sonríe amablemente y me tiende su mano como saludo.
Considero que realmente no necesito realizarle muchas preguntas ni investigar sus cartas de recomendación para contratarla de inmediato, de hecho sin que haya emitido palabra alguna en mi cerebro la he contratado ya.
Ella es justo como yo, no necesito saber ni percibir nada más, seguro estoy al cien por ciento de que ha sufrido y batallado en esta carretera de la vida cuesta arriba como yo lo he hecho.
¿Quieren que se las describa?, bien, pues Juanita es petisa como dirían en Sudamérica.
¿Ya lo entendieron?
¿No?
Pues es una personita corta de estatura, aquí en México dicen que somos enanos.
NaCl-U-2
Remo.
5 Comentarios:
Me ha encantado el título del post porque me ha evocado directamente a Rubén Blades, hace poco que le he sacudido el polvo a los cd's que tengo de él.
Dicen que todos tenemos varias imágenes de nosotros mismos: la que vemos en el espejo cada mañana, la que ven los demás y la que pensamos nosotros mismos que tenemos.
Lidiar las tres es... es... y si encima partimos de las premisas que nos hacemos a partir del resultado de uno de los sentidos: voz, vista, olfato. Pues es como un caleidoscopio, las imágenes resultantes pueden marear. Me ha encantado eso que dices que, con el cerebro ya la habías contratado; y no se trata de eso de la química del primer vistazo, las primeras impresiones no suelen fallar. Y eso por mucha tecnología que utilicemos, no se puede reemplazar.
Rollos aparte: ¡Felicidades por esos logros profesionales!
Ö_Ö
Felicidades por el microfono de oro, por tu nuevo sitio blog y por tu manera de ser tan humano, te mando un abrazo, por favor aceptalo.
hola zórpilo! un buen rato sin pasar por tu blog... bah! las noras traen mala suerte!, jeje!
hay que hacer un plan para juntarnos todos en el kaldi, que le parece?
Como siempre maestro, un relato excelente...
Saludos...
Ha-ha!! (señalando)
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