22 noviembre 2006

El beso de la muerte.

Hace dos minutos, cuando la vi, supe que por ella estaba dispuesto a dar no sólo mi corazón, sino mi vida entera.

Su hermosa silueta dibujada por su vestido verde limón, es demasiado excitante, me incita al deseo más salvaje, me encarrera a la lujuria más desenfrenada, me acerca a la locura total.

Nunca antes había sentido algo ni siquiera remotamente parecido a esta extraña fuerza, a este magnetismo inconsciente, a esta fatal atracción.

Mi cerebro se empieza a derretir de pasión, no puedo dominarme, el poder que ella ejerce sobre mí es demasiado, me ha hechizado...

Ella se ha dado cuenta de mi insistente y atrevida mirada, y al parecer me corresponde, el instinto animal se ha apoderado por completo de mi ser.

Se mueve tan voluptuosamente que cualquiera que no sea una roca aceptaría gustoso cuando menos un roce secreto como recompensa.

Estoy dispuesto a jugarme el todo por la nada.

¿Qué sería lo peor que pudiera ocurrirme?, una mueca de desaire, una fuerte bofetada de rechazo, y un triste y rápido adiós; pero debo arriesgarme, seguro que si caigo de esta aventura del suelo no paso.

Ante mi momentánea indecisión me sigue provocando, coquetea a la perfección, emplea sus mejores armas contra mí; me sabe indefenso, mis sentimientos están a su disposición; juega conmigo como lo haría un gato que ha atrapado un ratón y lo zarandea de un lado a otro justo antes de devorarlo.

Es necesario apagar esta llama que brotó hace apenas minutos antes y que crece y crece segundo a segundo en mi cuerpo como llamarada ante un montón de yesca.

Me entregaré en cuerpo y alma por vez primera a los deleites de la carne, y que sea lo que bien o mal sea; a ella es a quien elijo para que sea la madre de mis hijos y perpetúe mi especie.

Me acercaré a mi hembra con el pánico bien escondido, pero con la confianza a flor de piel, debo ser arrojado y valiente.

No quiero decir, más, la quiero para mí y debo poseerla... ahora... ya...

¡Me ha
dado la espalda justo al aproximarme!, ¡No puedo creerlo!, ¡Es buena señal!

Sin importarme lo más mínimo he pegado mi cuerpo al de ella lo más posible, así, sin darle tiempo de girar y quedar cara a cara.

¡Mi insolencia no tiene rival!, ¡Cielos!, ¿Qué hago?, ¡Me desconozco!, yo siempre tan frío…

Iniciamos una danza que parece más bien una especie de lucha, la tengo atrapada por el cuello y restriego mi sexo desesperadamente buscando penetrarla a como de lugar.

Estoy llegando al punto de no retorno…

Voltea su cabeza para besarme, abro mi boca para recibir la suya, pero en lugar de sentir una cálida y húmeda caricia me ha dado una fuerte mordida.

¡Me ha prendido con fuerza la muy maldita!

Busco liberarme por todos los medios, pero aún no termina conmigo; sin advertirlo y preocupado más por zafarme que por seguir teniendo sexo, de un brusco golpe me ha herido gravemente en el cuello…

Comienzo a morir al tiempo que eyaculo… no hay más vida para mí, la cabeza me ha sido desprendida del resto de mi cuerpo...

Es
cierto que el ciclo vital es nacer, crecer, procrear y morir… es un círculo que ella me ayudó a cerrar en segundos… una vida demasiado corta y cruel para nosotros las mantis religiosas machos.


NaCl-U-2


Remo.

9 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

erotica la vida de una mantis!!!

3:42 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Estimado Remo

Triste destino del macho (u hombre), perder la cabeza (por decir lo menos) por una mujer.

Poly

8:05 p.m.  
Blogger BuenasChambas dijo...

como dijo Polo Polo: "...y la moraleja es muy sencilla: no pierdas la cabeza por unas nalgas"

aunque ahora que lo pienso, las mantis no tienen nalgas... tons qué chiste??

11:57 p.m.  
Blogger 315517 dijo...

A partir de ahora queda descartado el cuento de las abejitas, por el de mantis macho y la naturaleza salvaje...

Ö_Ö

2:12 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ya me parecía un cuento de Nubia Barrios vivido por ti, cuando chas!!!, resultó ser una mantis religiosa. Ni hablar, un final inesperado.

10:21 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

esto... yo no voy a mirar a las mantis igual a partir de ahora ¿eh?
Tú estás seguro de que el macho eyacula conforme pierde la cabeza, o sólo ha sido una metafora? En fin, no me lo vi venir, y además me sobrecogió y hasta me dio un poco de asco. Y ya ves, todo eso, aunque no lo parezca, es bueno, porque yo suelo quedarme tan pancha cuando leo a los demás.
Saludos admirados, artista.

7:34 p.m.  
Blogger ka! dijo...

jajajaja..yo igual me acordé de polo polo...jajaja..la filosofía barata

Confieso: nunca en 25 años de puterías y malamañas me he robado un beso...yo soy de los que bailando convenzo a la víctima..jaja

saludos hermano!

2:21 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Mi estimado Remo, por fin voy al corriente...

Saludos.

10:49 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

ahhhhhhh no manches!!! empece a leer esta historia unas 10 veces antes de que alguien me interrumpiera y tuviera que cerrar blogger..


no mancheeeees!! chiiidisima como siempre!!

me encanta me encanta!!!

voy a hacer un libro con tus historias y voy a decir que son mias...
mañana voy a la oficina de patentes..





no es cierto.

12:34 p.m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal