Brindis.
Esta será la última noche del 2006, la noche vieja, como dice mi padre.
Doce meses se han ido, y durante ellos si bien lloré, también reí a carcajadas, pero a final de cuentas el balance es más que positivo.
La lección que me deja este año que recién fallece consistió en hacerme saber que cada rictus de dolor padecido no ha sido en vano, sino que me ha permitido recordar que estoy vivo, pues por todos es sabido -y de sobra- que sólo un zombie o un muerto no se inmuta ni ante la alegría ni el llanto.
Gracias 2006, me has revelado que aún conservo mi capacidad de asombro ante un bello atardecer, y que esta vida ajetreada de ciudad no me ha convertido en un robot de rutina, siempre apresurado y previamente programado.
Sí, esta noche antes de la cena haremos en familia una pequeña oración, primero mi padre, y luego mi madre elevarán una pequeña plegaria por la unidad de la familia.
Discretamente estaré estrenando un calzón de color rojo, dicen que atrae el amor, lo usaré no por superstición sino sólo por diversión.
Cuando el reloj aproxime su cuenta regresiva me comeré las doce uvas, y pensaré en mis deseos de año nuevo, los cuales son simples y los mismos no sólo del año anterior, sino los de hace varios años atrás:
1.- Viajar, viajar y viajar (este vale por tres).
2.- Seguir practicando deporte y correr el 21K Oxxo en Octubre (este vale por dos) .
3.- Continuar ahorrando para comprar una casa.
Después de repetir dos veces cada uno (recuerden que tienen valores diferentes y la suma da doce), abrazaré a mis amigos y familiares presentes.
Y por último encenderé una luz de bengala, una efímera cascada de chispas luminosas, saldrá de mi mano primero hacia el cielo, y luego hacia el suelo; pero ojo, que ese acto encierra para mí un gran significado, pues ése será mi brindis de amistad por tí... por tí que estás en tierras lejanas, ausente y al mismo tiempo presente, por tí, estimado y amable lector.
¡Feliz año nuevo 2007!
NaCl-U-2
Remo.
Doce meses se han ido, y durante ellos si bien lloré, también reí a carcajadas, pero a final de cuentas el balance es más que positivo.
La lección que me deja este año que recién fallece consistió en hacerme saber que cada rictus de dolor padecido no ha sido en vano, sino que me ha permitido recordar que estoy vivo, pues por todos es sabido -y de sobra- que sólo un zombie o un muerto no se inmuta ni ante la alegría ni el llanto.
Gracias 2006, me has revelado que aún conservo mi capacidad de asombro ante un bello atardecer, y que esta vida ajetreada de ciudad no me ha convertido en un robot de rutina, siempre apresurado y previamente programado.
Sí, esta noche antes de la cena haremos en familia una pequeña oración, primero mi padre, y luego mi madre elevarán una pequeña plegaria por la unidad de la familia.
Discretamente estaré estrenando un calzón de color rojo, dicen que atrae el amor, lo usaré no por superstición sino sólo por diversión.
Cuando el reloj aproxime su cuenta regresiva me comeré las doce uvas, y pensaré en mis deseos de año nuevo, los cuales son simples y los mismos no sólo del año anterior, sino los de hace varios años atrás:
1.- Viajar, viajar y viajar (este vale por tres).
2.- Seguir practicando deporte y correr el 21K Oxxo en Octubre (este vale por dos) .
3.- Continuar ahorrando para comprar una casa.
Después de repetir dos veces cada uno (recuerden que tienen valores diferentes y la suma da doce), abrazaré a mis amigos y familiares presentes.
Y por último encenderé una luz de bengala, una efímera cascada de chispas luminosas, saldrá de mi mano primero hacia el cielo, y luego hacia el suelo; pero ojo, que ese acto encierra para mí un gran significado, pues ése será mi brindis de amistad por tí... por tí que estás en tierras lejanas, ausente y al mismo tiempo presente, por tí, estimado y amable lector.
¡Feliz año nuevo 2007!
NaCl-U-2
Remo.