Dulces dulces.
Visitaba la casa de una amiga cerca del Parque Urueta, como ella todavía no estaba lista para salir, decidí ir a comprar una botella de agua a un taniche cercano.
La tienda está ubicada en una casa antigua, con piso de pequeñas tablas y vigas de madera.
Apenas puse un pie ahí dentro me ganó la nostalgia y me transporté a mi lejana primavera, un conjunto de imágenes se sucedieron, como cuando en mi rancho acudía a comprar a la vieja casona donde estaba ubicada la tienda de Doña Lolita.
Inmediatamente reconocí el olor característico de ese tipo de pisos de madera que al ser trapeados con aceite remiten a lo rústico, a lo campirano, a mis raíces…
No podía creer que en esta época de globalización donde todo viene de China, subsistieran aún los dulces de mi feliz infancia, y ahí en medio de gomitas, fresitas, conos de jamoncillo, huevitos de coco, vasitos de tamarindo, chocolates Carlos V, ticos y quiebra muelas, me sentí como niño con juguete nuevo.
Casi estoy seguro de haberme visto a mí mismo pero de siete años de edad cuando fugazmente pasé frente al espejo del comercio.
Olvidé por completo comprar mi botella de agua y salí de la tienda con un buen paquete de golosinas.
¡Ah… no cabe duda que recordar es volver a vivir!
Por supuesto que fui incapaz de comerme todos los chuchulucos yo solo, so pena de padecer un coma diabético, por lo que al día siguiente, “desinteresadamente” las seis bocas de mis sobrinos dieron cuenta del resto.
Dulce infancia, dulces sueños, dulces recuerdos, dulces dulces…
NaCl-U-2
Remo.
La tienda está ubicada en una casa antigua, con piso de pequeñas tablas y vigas de madera.
Apenas puse un pie ahí dentro me ganó la nostalgia y me transporté a mi lejana primavera, un conjunto de imágenes se sucedieron, como cuando en mi rancho acudía a comprar a la vieja casona donde estaba ubicada la tienda de Doña Lolita.
Inmediatamente reconocí el olor característico de ese tipo de pisos de madera que al ser trapeados con aceite remiten a lo rústico, a lo campirano, a mis raíces…
No podía creer que en esta época de globalización donde todo viene de China, subsistieran aún los dulces de mi feliz infancia, y ahí en medio de gomitas, fresitas, conos de jamoncillo, huevitos de coco, vasitos de tamarindo, chocolates Carlos V, ticos y quiebra muelas, me sentí como niño con juguete nuevo.
Casi estoy seguro de haberme visto a mí mismo pero de siete años de edad cuando fugazmente pasé frente al espejo del comercio.
Olvidé por completo comprar mi botella de agua y salí de la tienda con un buen paquete de golosinas.
¡Ah… no cabe duda que recordar es volver a vivir!
Por supuesto que fui incapaz de comerme todos los chuchulucos yo solo, so pena de padecer un coma diabético, por lo que al día siguiente, “desinteresadamente” las seis bocas de mis sobrinos dieron cuenta del resto.
Dulce infancia, dulces sueños, dulces recuerdos, dulces dulces…
NaCl-U-2
Remo.
publicadas por Remo a la/s
11:02 a.m.
10 Comentarios:
que rico! por que no me guardaste para hoy? eh!... espero si vayas remo, porque luego con quien platico? jejeje!
Nos vemos al ratillo, y que buen post!
De verdad no se como le hace uno cuando es niño para poder ingerir cantidades industriales de dulces sin que te afecte (bueno sin contar el sistema nervioso)...
Saludos empalagados
Mmmm qué rioo!!, deliciosos chamoys que revolvía con ticos y tamarindos. Aquello era una bomba, que incluso hoy, a pesar de la gastritis suelo degustar con avidez infantil.
Me recordaste a mi abuela con los "tanichis". Así les decía ella.
Saludos afectuosos!
...jajajajajaja...sí!!! yo a ultimas fechas me he hecho de una bombonera que he puesto aquí en el changarro...jajaja..las tutsis rifaN!
un abrazo René, bueno tenerte de vuelta!
Muy buen post, snif. Saludos.
Hola soy Roberto, en tu caso yo también hubiera hecho lo mismo, ¿A quien le amarga un dulce? jejeje un abrazo muy fuerte.
Estoy salivando como perro viejo desde que he leído la palabra tamarindo... un post muy goloso.
Ö_Ö
Qué texto tan lindo. A veces es un olor, otras un sabor, o una forma determinada el acicate que aviva la llama de los recuerdos gratos y es tan, tan delicioso, volver a ellos...
Saludos literarios.
Los chocolates Carlos V eran la neta.
ERAN. Desde que son de Nestlé saben diferente. Las gomitas son otro pex... hasta me acuerdo de un compa re pedote que ya en estado burro decía "jugamos a las gomitas? yo te gomito y tu me gomitas"
Chale, que mal comment.
Saludos.
Vaya amigo es bueno saber que aún con la globalización podamos degustar los dulces de la infancia, me encantaban los mazapanes, los ticos y una paletas dobles llamadas palelocas, era una delicia, aqui en Oax. aún pasa un señor con un tarro de lata y vende una especie de oblea gigante que no se cual es su nombre real, pero saben muy buenas, desde que tengo uso de razón ese señor anuncia su paso por las calles de mi colonia tocando un "triángulo", aunque los años pasen, seguimos siendo un poquito niños, un abrazo. JCOAX
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