26 marzo 2007

La fruta, prohibida.

(Segunda y última parte).

Mi casa se encontraba de fiesta, el motivo era que con gran alboroto se celebraba al día siguiente la boda de mi hermana, así que entre preparativos y algarabía, familiares y amigos comenzaron a llegar al pueblo.

Los Arizmendi, -una familia de amigos de mi padre- llegaron de visita a la casa de mis padres, esa noche se hospedarían con nosotros.

Con ellos venía un ser angelical, su hija menor, una chica preciosa que de inmediato captó mi atención, ¡Qué voz!, ¡Qué piel!, ¡Qué modales!, ¡Qué nombre tan fresco y matinal!: Rocío.

Tan irresistible ser en cuestión de minutos se convirtió en mi obsesión, ¿quién en su tierna adolescencia no se siente morir de amor con tan solo cruzar una mirada?, y más aún que mi sentimiento al parecer era totalmente correspondido.

Desde ese momento ya sólo tuve ojos para ella, y ya trazaba planes para llevarla a pasear por la huerta a lomo de caballo; cuando mi estómago y mis intestinos me jugaron una mala pasada.

Y es que la fruta semi podrida que había ingerido me estaba cobrando una factura muy alta.

Con ensoñación admiraba a mi amada cuando un tremendo retorcijón me sacudió primero el vientre y luego todo el cuerpo, apenas tuve tiempo y fuerzas suficientes para salir corriendo de la sala cuando una hedionda y sonora flatulencia escapó de mi trasero y contaminó el aire.

Con la cara roja de vergüenza seguí caminando despacio, con pasos muy apretaditos, porque aquello amenazaba no con el estruendo de una bomba, sino con una devastación mayor.

Mi ingreso al sanitario no fue posible, mi prima Ana más preocupada por depilarse las axilas me negó la entrada rotundamente, a pesar de que con gritos le decía que era una emergencia, desesperado, comencé a darle con rabia patadas a la puerta.

Alarmados por mi exacerbada actitud pronto acudieron hasta el baño mi padre y mi madre; yo con la cara ardiendo de indignación y casi caminando como un robot me fui al huerto lo más rápido que pude, apretando hasta donde era posible apretar lo apretable.

Ventosidad, tras ventosidad en estruendoso concierto de agudos y graves distorsionados no dejaban de salir cada vez más apestosas, y a lo lejos la voz de mi madre en tono de preocupación preguntaba a intervalos si todo se encontraba bien.

Sin contestar palabra y retorciéndome de dolor a la sombra de un peral, me bajé los pantalones y liberé a mi cuerpo.

¡Juro que jamás he vuelto a producir algo de semejantes dimensiones!

Cuando la cosa (que parecía tener vida propia) terminó por salir, respiré aliviado un momento, pero ese breve instante se convirtió pronto en angustia.

En desordenado tumulto mi familia y los Arizmendi se aproximaban para ver lo que ocurría, casi me vieron como "al tigre de Santa Julia", afortunadamente grité:

-¡¡Quiero papel!!

Y al instante todos se detuvieron y comenzaron a reír como locos.

Maltrecho, la huerta entera fue testigo de mi promesa: Ahí mismo terminaría el régimen alimenticio que me había auto impuesto. Si quería estar cerca de Rocío tenía que terminar con lo que me provocaba semejantes flatulencias, y es que el amor todo lo puede…

¿Pero cómo acercarme a ella?, me sentía tan abochornado por lo ocurrido, que no me atrevía a salir de mi cuarto a pesar de los ruegos de mi madre que insistía una y otra vez en que Rocío quería verme.

El día de la boda me presenté en la iglesia muy elegante pero procurando llegar muy discretamente, antes de comenzar la misa busqué un asiento lejano a Rocío, me conformaría con verla a la distancia, en esas estaba cuando ella me divisó, dio media vuelta y caminó hacia donde yo me encontraba, yo en esos momento sólo quería que me tragara la tierra, sonriente (no sé si por el gusto de verme o por acordarse del evento pasado), me dijo:

- Hola, ¿Cómo estás hoy?

Iba apenas a responderle cuando sin haberme dado cuenta mi padre exclamó:

- ¿Así que el joven se encuentra muy bien acompañado?, ¡Ja, ja, ja!, ya decía yo: ¡¡Jala más un cabello de mujer, que toda una yunta de bueyes!! –y “cariñosamente” me dio un sonoro coscorrón en la cabeza enfrente de Rocío.

Desde entonces no como peras y detesto las visitas.


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Remo.

23 marzo 2007

La fruta, prohibida.

(Primera parte).

A cierta lejana edad (edad de la punzada) se me metió en la cabezota la loca idea de que no era correcto ingerir ningún tipo de carne.

Me llenaba de horror el hecho de imaginarme a las pobres vacas, cerdos, borregos, guajolotes o pollos ante el matadero.

Una y otra vez sus lastimeros ojos me suplicaban clemencia, al tiempo que sus mutilados y sangrantes cuerpos desfilaban interminablemente por mi torturado cerebro.

¡Pobrecillos seres!

Ellos que al morir se convertían en alimento para mí, y que con su vida permitían la mía terminaron por convencerme que mi dieta no era la correcta.

Poco a poco se fue apoderando de mí un sentimiento de culpa, mi pequeña humanidad se estremecía al recordar el famoso dicho: “Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.

Yo apliqué literalmente a mi diario existir tal metáfora.

De nada sirvieron las súplicas de mi madre para que probara bocado, de nada valieron los regaños de mi padre, quien con sobrada razón me decía:

- ¡Todos los días me parto el lomo trabajando, para que tú no aprecies lo que prepara tu madre!, ¡Eres un malagradecido!, ¿Cuántos niños no dieran por tener ese suculento platillo ante sí?

Pero yo seguía inconmovible; así se sucedió una rápida retahíla de ruegos, promesas, amenazas, súplicas, reproches, razonamientos y hasta castigos por parte de la familia entera; pero nada, yo no cejaba ni un ápice de mi obstinada decisión.

Y es que de ninguna manera quería yo ser el cómplice del carnicero que a diario sacrificaba reses, y mucho menos era mi propósito el irme al infierno y arder eternamente por tan graves pecados: ¿quién diablos era yo para que por mi culpa alguien le arrebatara la vida a otro ser?

Ante tan serios cuestionamientos internos, mi abuela intentó razonar conmigo de una manera diferente y me dijo:

- Ven hijo, ven, yo creo que lo tuyo es comer cereales, frutas y verduras.

Por un tiempo me alimenté exclusivamente de esa forma, pero al cabo de un mes, los malditos fantasmas de la culpabilidad regresaron, sólo que esta vez lo hicieron con mayor fuerza.

¿Cómo era posible que tan campantemente me devorara una manzana?, ¡Inconsciente de mí!, ¡Salvaje!

Si un árbol también es un ser vivo que sufre de grandes dolores cuando por la fuerza le arrancan sus frutos.

¡No!, no era justo, ¡Me estaba comportando peor que la más deleznable de las bestias!

Ante esta nueva y terrible encrucijada más que nunca ya estaba firmemente convencido de morir de inanición antes de seguir destruyendo implacablemente todo brote de vida con mi brutal proceder.

Pensativo y meditabundo, me retiré al huerto de mi padre, y ahí, como un moderno Newton observé maravillado una pera que cayó del cielo por sí sola.

¡Un mundo nuevo se abrió ante mí!, ¡Ésa era la señal que esperaba!, de ahora en adelante jamás volvería a comer los frutos de un árbol que él mismo no terminara expulsando.

¡Al fin mi conciencia podía descansar en paz!

Fui feliz, y con la rapidez de un lince me dediqué a recoger cuantos frutos yacían en el suelo, tuve que darme prisa, algunas gallinas y cerdos procuraban hacerme desleal competencia.

Muy magra fue la cosecha, pero el viento del este vino en mi ayuda, un fugaz ventarrón me procuró un sustento mayor, sobra decir que eso fue advertido por mí como un signo más de que lo que hacía era lo correcto.

Todo volvió a la normalidad, hasta que al día siguiente aconteció lo inevitable en un organismo humano puberto…

(Este cuento continuará el próximo lunes).


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Remo.

21 marzo 2007

"Hoy que el destino me trajo hasta esta tierra, donde el Pacífico es algo sin igual"...

El jueves pasado no sabía que hacer y es que los trabajos de remodelación de la oficina donde a diario laboro iban a comenzar el viernes, así que para nuestra sorpresa nos dieron ese día a cuenta de vacaciones, ¡y qué vacaciones!, pues agregando además el lunes 19 que no lo íbamos a trabajar a cambio del día 21 se creó de pronto un lapso de tiempo para el cual no tenía planes pero que forzosamente tenía que aprovechar.

Era una oportunidad única para viajar a la playa, lo único malo es que nos avisaron con sólo un día de anticipación, así que había que planear algo rápido; de ninguna forma era opción el quedarme en casa.

Sin demora alguna me concentré en mi mapa de bolsillo y las opciones saltaron de pronto a la vista, eran tres:

Hermosillo, Tampico y Mazatlán.

Comencé por desechar Hermosillo, ya que Sonora se merece que la visite toda una semana, pues quiero conocer ese estado tomando como base su capital, y desplazarme por Álamos, Guaymas, Bahía Kino y Puerto Peñasco, sin olvidar Isla Tiburón.

Tampico fue mi segunda eliminación, ya que apenas en Noviembre pasado lo había visitado, así que Mazatlán, la tierra de los venados se convirtió por sexta vez en mi destino turístico.

Muchos desprecian esta ciudad porque medio Chihuahua se vuelca allá en temporada de vacaciones, cosa que para mi es estúpida y no comprendo ni intento comprender.

Me encanta Mazatlán… al descender de la sierra conocida como El Espinazo del Diablo y atravesar el Trópico de Cáncer de inmediato se nos da una bienvenida única, el calorcito se siente sabroso, la música de banda se escucha por doquier, las vías respiratorias se dilatan por el aire húmedo provocado por la cercanía del gigante azul, y a donde uno voltea sólo recibe sonrisas, buenos tratos y cortesías; sí, los sinaloenses son amables, amigables y alegres a más no poder.

Llegué el sábado a las diez de la mañana, de inmediato compré mi boleto de regreso en la central camionera y me dispuse a encontrar hotel, por ser temporada baja todo está muy barato, me hospedé en el Playamar por trescientos pesos la noche, esa misma habitación en Semana Santa -según me dijeron-, cuesta entre mil y mil quinientos pesos.

Mi comida de todos los días consistió primero en tomar un licuado; duchos en el arte de abrir los cocos a machetazos, extraen el agua y la vierten en la licuadora, luego le llega el turno a la pulpa, despés agregan un poco de leche, vainilla, canela molida y hielo: el resultado es un batido delicioso, digno de un rey.

Mi platillo de entrada, invariablemente siempre fueron tres tostadas de ceviche de camarón, el platillo fuerte consistió en un delicioso marlín a la mexicana (pez muy común allá guisadito con chile, tomate y cebolla) y para rematar un mango petacón rebanadito.

Las tardes las pasé frente al mar en la playa conocida como Olas Altas viendo atardeceres perfectos con un seis de cerveza modelo al lado, escuchando música de banda sinaloense y haciendo amigos; dos chavos de Culiacán se acoplaron de inmediato al igual que tres chavas de Monterrey.

La noche fue de total destrampe, una noche la dediqué exclusivamente al Joe´s Oyster, y otra al Bora-Bora, ambas son discotecas al aire libre con lo mejor de la música bailable, cerveza a precios razonables y concurridos a rabiar… había que tirar el anzuelo, la carnada gustó y la pesca fue formidable…

No puedo sino decir que ésos han sido unos días memorables.

Hoy que llegué a la oficina, lo hice con una sonrisa de oreja a oreja, una compañera de trabajo me dijo algo muy grato:

“Tu piel huele a coco y mar”.


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Remo.

14 marzo 2007

Sobre La Malinche.

De acuerdo a lo escrito hoy por Carlos, le dejé un comentario que más bien parece texto, he aquí mi escrito corregido y aumentado:

Hace tiempo platicaba con mi hermana sobre la Malinche y esto fue lo que le dije por conclusión:

Si yo fuera una mujer noble y desde pequeña sacada a la fuerza del cálido hogar paterno y obligada a servir a otro señor en una región distante que a su vez no hizo sino regalarme como vil objeto a personas extranjeras llegadas más allá del mar cuando fue derrotado, hubiera hecho exactamente lo que hizo Doña Marina o incluso peores cosas.

Porque, ¿Qué gratitud podría yo guardarle a una raza que me menospreció, y regaló como el más bajo de sus sirvientes, condenándome a la peor de las esclavitudes que es la esclavitud sexual?

¿Porqué debería tratar con deferencia a quien antes me humilló y condenó?

¿Porqué no aprovecharme de la oportunidad que el destino me daba para escalar en la jerarquía de los invasores, que de ser simple objeto sexual llegaría a ser la amante del capitán en jefe?

¿Qué destino me esperaba al adoptar una actitud "patriota" o patriotera y traicionar a los únicos que si bien se aprovechaban de mis conocimientos del idioma náhuatl y maya, así como de los usos y costumbres locales también me ofrecían la posibilidad de una vida mejor?

No, La Malinche será tildada de traidora y vende patrias, pero jamás de tonta, aunque ¿Quién no hubiera hecho lo mismo en su triste situación?

Quizá quien diga que no, lo haga por pura envidia, porque ya sabemos que el éxito es un delito y un pecado que ningún mexicano le puede perdonar a otro, y nos guste o no el nombre de La Malinche estará eternamente ligado y jamás será olvidado de la Historia de México, mientras que los nuestros...

Su vida no fue un lecho de rosas al lado de Hernán Cortés, pues a pesar de darle un hijo, al conquistador, éste a su vez la regaló a otro de sus soldados cuando se aburrió de ella, aún y con todo, La Malinche jamás dejó de ser una mujer "respetada" por los españoles, los mestizos y los indígenas.

Perdón por el comentario tan largo, me gustó tanto que creo que hasta lo incluiré en mi bitácora... y es que la Historia es un tema que me suelta las ideas y me da cuerda para rato.

Saludos malinchistas.

El Zórpilo.

Hasta aquí lo expresado en la página del Homo Rodans.


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Remo.

13 marzo 2007

Oigo gente muerta.

Sí, lo leyó usted bien: oigo gente muerta.

No se alarmen, no es que de repente me haya vuelto psíquico, vidente o algo así por el estilo; simplemente esta una de mis más recientes frases célebres (conjunto de palabras sin sentido) pronunciadas por mí en un antro justo cuando mis amigos y yo teníamos poco de haber llegado y aún se podía platicar sin gritar mucho, la acción ocurrió así:

- ¿Saben qué?, les voy a decir una cosa: oigo gente muerta… -sentencié con mi semblante más serio.

- ¡No mames güey!, ¿Qué, te crees el niño de la película del sexto sentido o qué onda? –reaccionó Fernando.

- ¡No, para nada!, pero desde que entramos aquí no he dejado de escuchar canciones de Selena y Valentín Elizalde…


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Remo.

12 marzo 2007

Pistear...

Para pistear no se necesita dinero, se necesitan amigos.

P.D. Agradecimiento especial a “El Chacal”.

* Pistear: Ingerir bebidas alcohólicas, emborracharse.


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Remo.

08 marzo 2007

Mater admirabilis.

Este poema es un verdadero tesoro para mí, pues encierra muchos recuerdos, vivencias y hasta casualidades.

Cuando era adolescente por motivos de estudio vivía en una ciudad distante del hogar que me vio crecer, mis padres y hermanos estaban lejos y me sentía muy solo, tenía en ese entonces muy pocos amigos.

Una tarde ingresé de última hora a un concurso de poesía el cual gané en su fase regional (y eso que me aprendí la poesía en dos horas, e improvisé ademanes y entonación).

Para el certamen estatal mi asesora me dio el poema “Mater admirabilis”, éste se encontraba escrito en pedazos de cartulina bastante ajadas, había en el texto errores, tachones y enmendadura, sin embargo con tan solo darle un vistazo me enamoré de sus líneas y desde ese entonces me declaré fiel seguidor de su autor.

Esta poesía nunca más la he vuelto a ver escrita, por lo que no puedo decir si coincide plenamente con las palabras originales del autor.

El concurso fue un 10 de mayo en la ciudad de Saucillo, y cuando en el estrado comencé mi declamación, fue tanta la emoción cuando pronuncié las palabras: “…Y todos los días reza por que vuelva aquél que está lejos y no dice nada” la voz se me quebró y comencé a llorar, hice un pausa y noté que algunas personas del público también tenían lágrimas en sus ojos.

Los jueces quizá supusieron que había olvidado el poema y me otorgaron un honroso cuarto lugar, pero para mí fue un triunfo personal de gran magnitud, ya que ninguno de los participantes movió tanto el ánimo de los asistentes como lo hice yo.

Mucho tiempo después, platicando con mi madre, ella me dijo que cuando era niña también había declamado esa poesía.

Hace días, Gina, una chica que me visitó en esta página me pidió el poema, así pues amigos y amigas, dispónganse a leer con calma este poema del autor yucateco Antonio Médiz Bolio, y déjenme saber en sus comentarios si es que les ha provocado algún sentimiento.

¡Mater admirabilis!

Todos los hombres de todos los tiempos
aprendieron a hablar con esta palabra,
las luces de los cielos se encendían oyéndola,
los árboles de la tierra florecieron escuchándola,
y los pájaros la cantaron en sus nidos
y en el bramido de las fieras retumbaba.

Cuando nació la vida, todo dijo:
¡Madre luz!,
¡Madre tierra!,
¡Madre agua!
y se prendieron los fuegos de los sacrificios
en las cimas broncas de las montañas.

Y la primera diosa de los hombres
fue la madre de aquel que bajaba
todos los días a fecundar al mundo
desde los cielos llenos de llamaradas.

¡Isis! – dijeron en el misterio de los templos
los sacerdotes de las mitras doradas.

¡Ceres! – cantaron coronados de rosas
los hierofantes de la Hélade blanca.

¡Astarté! – en los mares fenicios
gritaron las voces de los nautas.

Y hace doscientos siglos, en el tiempo
en que el tiempo no se contaba,
¡Kinich Kakmó!,
¡Madre de la vida!,
¡Madre de la fuerza!,
¡Madre de la llama!
¡En la gloria mística de los solsticios
clamaban en éxtasis nuestros padres mayas!

¡María!, en la hora de los evangelios
la luz de los cielos desciende a las almas
y en medio del claro vuelo de los ángeles
sobre los humildes llenos de esperanza;
la mujer que tiene un manto de luceros
y el dragón vencido bajo de sus plantas
mares de dulzura derrama en la tierra
y hasta ella los ojos dolientes levantan,
con sed de ternura y hambre de justicia,
y con voz de herida humanidad le llaman
¡Madre de Dios!,
¡Madre de misericordia!
y ella tiene al pecho, siete puñaladas
y en los ojos tiene siete estrellas fúlgidas
y lluvia de dones corren por sus lágrimas.

Dolor infinito y amor sin orillas,
¡Dolor y amor!, madre por divina gracia
¡Dolor y amor!, altas luces de la vida
¡Dolor y amor! grandes y eternas palabras.

Madre de los hombres, excelso prodigio
chispa de Dios dentro de la arcilla humana.

Mater dolorosa, la que siente al hijo
que al llegar al mundo, le rompe la entraña
la que luego gime junto al negro túmulo
de aquel que ya nunca volverá a besarla.

La que sufre el crudo martirio sin nombre
de los abandonos, que desvelos pagan,
pero que perdona, que perdona siempre,
y bendice el filo que le hiere el alma.

La que llora el hondo vacío de la ausencia
y todas las noches enciende una lámpara
y todos los días reza porque vuelva aquél
que está lejos y no dice nada.

La que entrega el hijo, cuando se lo pide
La Madre de Madres, que se llama Patria.

La que en el silencio de los campos santos
vestida de luto como sombra pasa,
con las manos llenas de flores humildes,
y los ojos llenos de fúlgidas lágrimas.

Mater amorosa que mece la cuna
¡Madre que sonríe, que sueña y que canta!
mientras los pañales pequeñitos lava
cuando el niño cierra los ojos que ignoran
las cosas terribles que la vida guarda.

La que peina y riza los bucles de oro
como en sol de fiesta, toda iluminada
la que a todo pecho de ilusión respira
la que borda luego la inicial de ensueño
sobre el joven pecho que revienta en ansias.

La que besa el laudo que ganó el artista
y la cruz que el bravo ganó en la batalla
la que aroma el lecho del galán que busca
besos de quimera en reja romántica
o besos prohibidos en la pecadora fiesta
que su sangre de incendio arrebata.

La que por un beso, sólo por un beso
casto y luminosos, sin dormir aguarda,
la que teje el velo nupcial de la hija
que de su regazo florido se marcha
a los brazos recios del que se la roba,
¡Porque así la vida, sin piedad lo manda!

La que luego enciende fuegos de alegría
y con rosas vivas el techo en guirnalda,
cuando el que ha sufrido retorna pidiendo
paz de nido para sus deshechas alas,
descanso y abrigo para su fatiga,
manos que se posen en sus frías canas
y otra vez canciones que arrullen su sueño
y otra vez caricias que curen su alma.

¡Madre de los héroes!,
¡Madre de los mártires!,
¡Madre del soldado que cayó en campaña!,
¡Madre del que sueña con la gloria arisca!,
¡Madre del que busca paz sin encontrarla!,
¡Madre del que vence con fortuna y fama!,
¡Madre de mendigos y de paladines!,
de triunfantes próceres y de obscuros parias.

¡Sean todas benditas en todas las lenguas,
por todos los hombres de todas las razas!

¡Mater admirabilis!
¡Santas madres nuestras!
¡Qué nos dieron todos sin pedirnos nada!

Antonio Médiz Bolio.


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Remo.

Ejercicio literario.

Mi buen amigo Carlos, ha tenido a bien “retar” mi memoria al invitarme a participar en un ejercicio que consiste en nombrar a tres de mis escritores favoritos.

¡Vaya tarea la que me ha dado!, y es que resulta sumamente difícil para mí tal elección.

Así las cosas, me permití desarrollar una “pequeña” reseña de cada uno de ellos en un orden cronológico, tal y como los fui descubriendo en mi prolongada niñez.

Hubo una época de mi vida donde prácticamente devoraba libros, llegando incluso a leer hasta cincuenta en un año (de esas fechas data mi aventura-locura por leer "La Biblia” completita, desde el Génesis hasta el Apocalipsis y mi posterior aversión a tal “santo” libro sobre todo por lo asqueroso que me pareció Números y Deuteronomio).

Tenía yo la edad de 11 años cuando cayó en mis manos el libro "Canek", el héroe maya


Ermilo Abreu Gómez.

Cuando publiqué en este medio mi primer cuento titulado “Suku´un” allá por el 20 de Febrero de 2006, en la introducción del mismo hice referencia a Ermilo Abreu Gómez, pues dicho texto y el amor a la cultura maya jamás hubieran sido posible si en mi incipiente adolescencia no hubiera yo recibido la influencia de las letras de este notable escritor, periodista y dramaturgo yucateco.

Ermilo nació en la ciudad de Mérida Yucatán en 1894, realizó diversos estudios e impartió clases tanto en México como en los Estados Unidos.

Una de sus grandes pasiones fue el interés que mostró siempre por la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz convirtiéndose en su mayor conocedor y crítico.

Abreu escribió “Canek” en 1940, en esta obra relata un hecho real de la Historia de México, tal como lo fue la sublevación de los mayas en el año de 1761 en contra la dominación española.

Nos cuenta que Jacinto Canek estudió en un monasterio católico y con el tiempo guió a los mayas en su lucha por liberarse de los conquistadores, al frente de sus seguidores consiguió varias victorias importantes pero fue traicionado, apresado, juzgado y descuartizado vivo en el centro de lo que hoy es la ciudad de Mérida.

Recuerdo que tal lectura me provocó copiosas lágrimas, mismas que estuvieron a punto de emerger nuevamente cuando en el año 2003 visité el lugar, justo donde fue ejecutado el héroe maya.

Este es un pequeño fragmento del libro “Canek” que mucho me agrada:

“- ¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren se convierten en pájaros?
- No sé, niño Guy.
- ¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren se vuelven flores?
- No sé, niño Guy.
- ¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren van al cielo?
- No sé, niño Guy.
- Entonces, Jacinto, dime, ¿qué les pasa a los niños que se mueren?
- Los niños que se mueren, niño Guy, despiertan”.

Existe una curiosidad con respecto a este libro, y es
que a decir del autor su esposa fue la encargada de mecanografiar la obra completa, pero al releer nuevamente Ermilo su libro exclamó: “¡Las mejores páginas me las perdió Ninfa!”.

Ermilo fue miembro de la Academia de la Lengua desde 1962 y falleció en el año de 1971.


Antonio Médiz Bolio.

Poeta, dramaturgo, periodista, argumentista de cine y especialista de la cultura maya, nació en 1884 en Mérida, Yucatán.

“La tierra del faisán y del venado” es su libro de cuentos más famoso, hago referencia a su propio decir: “He pensado el libro en maya y lo he escrito en castellano”, en él recrea leyendas, ritos, usos y costumbres indígenas.

El Poema “Manelik” y “Mater Admirabilis” me fueron entregados a los 12 años para que los memorizara y con él participara en un concurso de poesía, ambos pertenecen a la autoría de Médiz Bolio, son de gran duración (al menos cinco minutos cada uno, pero de una gran belleza).

Aquí quiero hacer un paréntesis, pues mientras me preparaba a escribir este texto recibí un comentario de una chica que me solicitaba el poema de "Mater Admirabilis", por lo que hoy que es el día internacional de la mujer con gusto lo transcribiré, debo agregar que es sumamente difícil encontrar este texto y que no estoy seguro de que corresponda fielmente al original del autor, de cualquier forma me llama la atención el hecho de que otra persona se encuentre en la misma frecuencia que yo recordando a Antonio Médiz Bolio.

Médiz compuso la letra de la canción “El caminante del Mayab” y fue el argumentista de la película “La noche de los mayas” también tradujo del maya al castellano el libro “El Chilam Balam de Chumayel” (uno de los pocos libros en maya que se salvaron de la destrucción de Landa), fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1946, y falleció en 1957.


Julio Verne.

He comentado anteriormente mi gran admiración por Julio Verne, (el 17 de Mayo de 2006 en el texto “Mis cuatro fantásticos”), para mí el fue un hombre visionario que podía leer el futuro tan fácilmente como un niño puede leer la secuencia de la tabla de multiplicar del uno.

He sostenido muchas veces la teoría de que Julio Verne era un moderno Nostradamus, quien para evitar sentirse ridiculizado por sus visiones futuristas, lo plasmó todo en novelas que causaron furor entre la población de aquel entonces, correspondiéndole a la postre el honor de ser el padre de la ciencia ficción.

Analicemos algunas de sus escritos con algunas situaciones o artefactos que él describió, muchos de los cuales existen hoy para nuestro servicio y comodidad:

"Cinco semanas en globo": En esta novela, se describe un viaje por el continente africano a bordo de un globo que se inflaba con hidrógeno, gas que le permitía subir y bajar a voluntad. En ese tiempo los globos se llenaban con aire caliente, por lo que esta novela revolucionó por completo el uso de los gases, no dudo que esta idea haya sido la que los alemanes utilizaron para construir sus Zeppelines.

"De la tierra a la luna" y "Alrededor de la luna": Verne se anticipó por más de sesenta años al primer viaje espacial enviado por los estadounidenses a la luna, existen muchas similitudes entre la novela y lo que ocurrió en la realidad como por ejemplo:
- Fueron tres los tripulantes de la nave espacial.
- Estados Unidos patrocinó los costos del viaje.
- El lugar de lanzamiento de la nave es el estado de Florida..
- Para vencer a la fuerza de gravedad es necesaria una aceleración de once kilómetros por segundo.
- El cálculo es de ciento cincuenta horas para llegar de la tierra a la luna.
- La nave da vueltas alrededor de la luna, y el regreso a la tierra se da con la caída de la nave en el océano.

Todo esto ocurrió exactamente tanto en las novelas publicadas una en 1865 y la otra en 1870 como en la vida real en 1969.

"Veinte mil leguas de viaje submarino": Este libro detalla con toda claridad la forma en que se puede construir un submarino, además propone como deben de ser los trajes de los buzos en las grandes profundidades, con materiales resistentes para soportar la presión, y también establece que una foca es un animal tan inteligente o incluso más que un perro, de hecho el capitán Nemo, -personaje ficticio de la novela- tiene una mascota así, por último elogia la gran diversidad y nutrientes de la comida proveniente del mar, como si sugiriera esa inagotable fuente de alimentación.

"La vuelta al mundo en ochenta días": Este es todo un clásico de la literatura universal, en él nos describe lugares y regiones que jamás visitó, como Japón, etc. El cálculo que realizó para dar la vuelta al mundo, resulta en un inesperado final, porque al dar la vuelta de oriente a occidente es totalmente válido suponer que se gana un día de ventaja, hoy por el diferente uso horario mundial, sabemos que eso es posible.

"La isla misteriosa": Considerada una combinación de varias de sus novelas, yo prefiero creer que es la segunda parte de veinte mil leguas de viaje submarino, en este texto, el capitán Nemo utiliza un arma que no produce heridas, sino que deja a los muertos con un punto rojo en la frente, no es otra cosa que la utilización de un rayo láser como arma mortal.

"Los quinientos millones de la begún": Aquí se narra sobre un hombre alemán que procura establecer un nuevo orden en su país, (No se vayan con la finta, Hitler nació mucho tiempo después), también relata los planos urbanísticos de las nuevas ciudades, los modernos automóviles, los horrores que tendría una guerra química, la utilización de los satélites artificiales de telecomunicaciones y un servicio que se utiliza actualmente en las televisoras, las conferencias y conversaciones en tiempo real por medios satelitales en lugares a miles de kilómetros de donde se encuentran las personas.

"Claudio Bombarnac": Este es un relato del viaje de un francés que viaja por tren atravesando toda Rusia, durante el trayecto que dura semanas enteras, los protagonistas se hacen amigos, se pelean, una pareja se casa y luego se divorcia, todo un cúmulo de situaciones que al parecer debiera haber escrito un psicólogo con muchísimas situaciones de alegría, enojo, tristeza, estrés, etc.

"Ante la bandera": Su trama principal trata de un científico que crea una bomba de destrucción masiva en cuyo final dicho artefacto destruye una isla completa del mar Caribe. Hoy todos sabemos los efectos que pueden tener una bomba atómica o una bomba de hidrógeno.

"El eterno Adán": De todas sus obras, ésta es mi favorita, la historia comienza en un país distante, cuando un científico encuentra una caja con documentos antiguos, tarda años en descifrar el idioma, pero cuando lo hace, una mayúscula sorpresa aparece ante sus ojos.

Es la historia narrada en español de una hacienda en México y de unos habitantes que huyen del mar al escalar una montaña, porque éste ha subido de nivel, cuando voltean hacia atrás observan que el pico de la montaña en la que se encuentran, se ha convertido en una isla, porque el mar lo ha cubierto todo.

Un barco los recoge y empiezan a vagar por el mundo, hasta que llegan a unas playas desconocidas, donde no hay seres humanos ni animales ni vegetales, con el tiempo empieza a surgir vegetación y observan como algunos animales acuáticos cada vez duran mayor tiempo respirando sobre la tierra.

En una excavación, encuentran estatuas gigantescas, llegando a la conclusión de que eso es el continente perdido de la Atlántida que cada cientos de miles de años, emerge de la superficie y sumerge a todos los demás, ocurriendo después de determinado tiempo lo contrario, con la consiguiente desaparición de la civilización actual.

Como ellos son los únicos humanos, empiezan a reproducirse y con el tiempo se olvidan de educar a los hijos, pues les urge más alimentarse y sobrevivir, así la humanidad sufre una regresión a la edad de piedra.

Hasta aquí llega la historia que está leyendo el científico atlante, y él comprende al fin que las figuras mitológicas de Edom e Iva, no son otra cosa que la deformación lingüística de las creencias religiosas de los náufragos, es decir, Adán y Eva. Por eso se llama este libro el eterno Adán, porque según la teoría de Verne, la civilización cada cientos de miles de años retrocede para comenzar de nuevo.

¿Les suena algo parecido al cambio climático y el derretimiento de los Polos con el consiguiente aumento de nivel del mar?

Queda todavía pendiente – a saber- una de sus múltiples “locuras” que era una especie de tubo cristalino que se construye por debajo del mar y en él viajan a gran velocidad una especie de trenes, que unen América y Europa en cuestión de dos horas, (Cuando se construyó el Eurotúnel que une Inglaterra y Francia, creí ver parte de ese sueño cumplido).

Una de sus frases célebres legadas a la posteridad fue: “Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad”, en estas cuantas palabras resume su obra monumental.

¿Cómo no voy a admirar a este genio?

Ahora me corresponde a mí invitar a tres personas para que den continuidad a este pasatiempo y a su vez inviten a otras tres personas a hacer lo mismo, quisiera encomendarles a todos la tarea, pero no es posible, así que mis elegidos son:

Karol

Klept0

Magda

¡Prueba superada mi estimado Carlos!


NaCl-U-2


Remo.

01 marzo 2007

Zorpileando en la oficina…

I.

Ante las próximas elecciones este año para elegir alcalde en esta ciudad, los partidos políticos están en plena “efervescencia” para elegir a sus pre-candidatos que desean contender a la presidencia municipal.

Me pregunta Julieta:

- ¿Si las elecciones fueran ahorita, por quien votarías?

- Sin duda alguna mi voto sería por Cantinflas.

- ¡Ay René, no seas payaso!, es lo más absurdo que he escuchado.

- Pues… tampoco las elecciones son hoy…



II.

El licenciado Medina impartía clases de economía en la Universidad, era famoso por su poca sapiencia, por regalar altas calificaciones a sus alumnos y por su aliento a tabaco y alcohol en todo momento.

- ¿Oye y a ti te dio clases en la Universidad el licenciado Medina Torres?, a mi me dio micro economía –dijo Ana.

- Sí, a mi también me dio micro. –comentó Lorena.

- A mi me dio macro. –apuntó Luisa.

- ¿Y a ti René? –preguntó Victoria.

- A mí me dio lástima…


III.

Entra una chica a la oficina y les dice a mis compañeras de trabajo:

- Hola bonitas, ¿Alguna de ustedes se quedó con el catálogo de productos de belleza que traje ayer?

- Aquí tiene señorita, yo me quedé con él. –mencionó Silvia.

- Gracias hermosa, son ustedes preciosas, ¡Qué lindas todas! -tomó el catálogo y salió.

Mis compañeras se quedaron comentando que la joven era muy amable, muy educada, que qué buena onda que les dijera hermosas, preciosas y lindas, que ojalá así fuera toda la gente, que así hasta daba gusto atender a las personas, y un buen número de bondades más.

Yo adopté mi pose más seria y con voz grave les dije:

- Fíjense que curioso: tengo una amiga que es lesbiana y siempre utiliza las mismas palabras que esta chica…


Sí, lo sé, últimamente mi nivel de zorpilez ha llegado a niveles insospechados, a veces hasta a mí mismo me asusta...


NaCl-U-2


Remo.