08 marzo 2007

Mater admirabilis.

Este poema es un verdadero tesoro para mí, pues encierra muchos recuerdos, vivencias y hasta casualidades.

Cuando era adolescente por motivos de estudio vivía en una ciudad distante del hogar que me vio crecer, mis padres y hermanos estaban lejos y me sentía muy solo, tenía en ese entonces muy pocos amigos.

Una tarde ingresé de última hora a un concurso de poesía el cual gané en su fase regional (y eso que me aprendí la poesía en dos horas, e improvisé ademanes y entonación).

Para el certamen estatal mi asesora me dio el poema “Mater admirabilis”, éste se encontraba escrito en pedazos de cartulina bastante ajadas, había en el texto errores, tachones y enmendadura, sin embargo con tan solo darle un vistazo me enamoré de sus líneas y desde ese entonces me declaré fiel seguidor de su autor.

Esta poesía nunca más la he vuelto a ver escrita, por lo que no puedo decir si coincide plenamente con las palabras originales del autor.

El concurso fue un 10 de mayo en la ciudad de Saucillo, y cuando en el estrado comencé mi declamación, fue tanta la emoción cuando pronuncié las palabras: “…Y todos los días reza por que vuelva aquél que está lejos y no dice nada” la voz se me quebró y comencé a llorar, hice un pausa y noté que algunas personas del público también tenían lágrimas en sus ojos.

Los jueces quizá supusieron que había olvidado el poema y me otorgaron un honroso cuarto lugar, pero para mí fue un triunfo personal de gran magnitud, ya que ninguno de los participantes movió tanto el ánimo de los asistentes como lo hice yo.

Mucho tiempo después, platicando con mi madre, ella me dijo que cuando era niña también había declamado esa poesía.

Hace días, Gina, una chica que me visitó en esta página me pidió el poema, así pues amigos y amigas, dispónganse a leer con calma este poema del autor yucateco Antonio Médiz Bolio, y déjenme saber en sus comentarios si es que les ha provocado algún sentimiento.

¡Mater admirabilis!

Todos los hombres de todos los tiempos
aprendieron a hablar con esta palabra,
las luces de los cielos se encendían oyéndola,
los árboles de la tierra florecieron escuchándola,
y los pájaros la cantaron en sus nidos
y en el bramido de las fieras retumbaba.

Cuando nació la vida, todo dijo:
¡Madre luz!,
¡Madre tierra!,
¡Madre agua!
y se prendieron los fuegos de los sacrificios
en las cimas broncas de las montañas.

Y la primera diosa de los hombres
fue la madre de aquel que bajaba
todos los días a fecundar al mundo
desde los cielos llenos de llamaradas.

¡Isis! – dijeron en el misterio de los templos
los sacerdotes de las mitras doradas.

¡Ceres! – cantaron coronados de rosas
los hierofantes de la Hélade blanca.

¡Astarté! – en los mares fenicios
gritaron las voces de los nautas.

Y hace doscientos siglos, en el tiempo
en que el tiempo no se contaba,
¡Kinich Kakmó!,
¡Madre de la vida!,
¡Madre de la fuerza!,
¡Madre de la llama!
¡En la gloria mística de los solsticios
clamaban en éxtasis nuestros padres mayas!

¡María!, en la hora de los evangelios
la luz de los cielos desciende a las almas
y en medio del claro vuelo de los ángeles
sobre los humildes llenos de esperanza;
la mujer que tiene un manto de luceros
y el dragón vencido bajo de sus plantas
mares de dulzura derrama en la tierra
y hasta ella los ojos dolientes levantan,
con sed de ternura y hambre de justicia,
y con voz de herida humanidad le llaman
¡Madre de Dios!,
¡Madre de misericordia!
y ella tiene al pecho, siete puñaladas
y en los ojos tiene siete estrellas fúlgidas
y lluvia de dones corren por sus lágrimas.

Dolor infinito y amor sin orillas,
¡Dolor y amor!, madre por divina gracia
¡Dolor y amor!, altas luces de la vida
¡Dolor y amor! grandes y eternas palabras.

Madre de los hombres, excelso prodigio
chispa de Dios dentro de la arcilla humana.

Mater dolorosa, la que siente al hijo
que al llegar al mundo, le rompe la entraña
la que luego gime junto al negro túmulo
de aquel que ya nunca volverá a besarla.

La que sufre el crudo martirio sin nombre
de los abandonos, que desvelos pagan,
pero que perdona, que perdona siempre,
y bendice el filo que le hiere el alma.

La que llora el hondo vacío de la ausencia
y todas las noches enciende una lámpara
y todos los días reza porque vuelva aquél
que está lejos y no dice nada.

La que entrega el hijo, cuando se lo pide
La Madre de Madres, que se llama Patria.

La que en el silencio de los campos santos
vestida de luto como sombra pasa,
con las manos llenas de flores humildes,
y los ojos llenos de fúlgidas lágrimas.

Mater amorosa que mece la cuna
¡Madre que sonríe, que sueña y que canta!
mientras los pañales pequeñitos lava
cuando el niño cierra los ojos que ignoran
las cosas terribles que la vida guarda.

La que peina y riza los bucles de oro
como en sol de fiesta, toda iluminada
la que a todo pecho de ilusión respira
la que borda luego la inicial de ensueño
sobre el joven pecho que revienta en ansias.

La que besa el laudo que ganó el artista
y la cruz que el bravo ganó en la batalla
la que aroma el lecho del galán que busca
besos de quimera en reja romántica
o besos prohibidos en la pecadora fiesta
que su sangre de incendio arrebata.

La que por un beso, sólo por un beso
casto y luminosos, sin dormir aguarda,
la que teje el velo nupcial de la hija
que de su regazo florido se marcha
a los brazos recios del que se la roba,
¡Porque así la vida, sin piedad lo manda!

La que luego enciende fuegos de alegría
y con rosas vivas el techo en guirnalda,
cuando el que ha sufrido retorna pidiendo
paz de nido para sus deshechas alas,
descanso y abrigo para su fatiga,
manos que se posen en sus frías canas
y otra vez canciones que arrullen su sueño
y otra vez caricias que curen su alma.

¡Madre de los héroes!,
¡Madre de los mártires!,
¡Madre del soldado que cayó en campaña!,
¡Madre del que sueña con la gloria arisca!,
¡Madre del que busca paz sin encontrarla!,
¡Madre del que vence con fortuna y fama!,
¡Madre de mendigos y de paladines!,
de triunfantes próceres y de obscuros parias.

¡Sean todas benditas en todas las lenguas,
por todos los hombres de todas las razas!

¡Mater admirabilis!
¡Santas madres nuestras!
¡Qué nos dieron todos sin pedirnos nada!

Antonio Médiz Bolio.


NaCl-U-2


Remo.

12 Comentarios:

Blogger Mily dijo...

yo no soy fan de la poesia.. pero si debo admitir que es hermoso ese poema!

Extrañaba leerte!!
hay mucho para ponerme al corriente!

:D

Te mando un beso y un abrazo!!

11:33 a.m.  
Blogger webita dijo...

me gustó, nunca lo había leído completo... mañana es mi cumpleaaaaañoooooos!!!

3:12 p.m.  
Blogger El Homo Rodans dijo...

le confieso que no soy afecto a la declamación, aún cuando desde mi niñéz y parte de la adolescencia participé en diferentes eventos declamando. Hay quien dice que la poesía debe leerse nunca declamarse, yo estoy de acuerdo con esto. Este poema me evoca en los años 20's a 40's, muy del gusto de los neoclasicos, perdone que no pueda evocar con precisión los años. Y santificar a la madre abnegada, llenando de gloria su rol me pareció un obvio valor mexicano: a la madre no se le toca ni con el pétalo de una rosa... Sin embargo aquí no se trata de hacer un análisis del valor poético de esta obra, si no el valor sentimental que tuvo en su momento encontrarse con el poema, interpretarlo y recuperarlo de la memoria para compartirlo con los amigos, ese gesto se agradece.
fíjese que hace un par de semanas un amigo pasó a mi cabaña presuroso ´pidiéndome que lo acompañara a un café literario que el centro de maestros convocaba con la casa de la cultura del municipio, y aunque ya había tenido fuertes decepciones con ese tipo de actividades (más aun con el mpio. que de artes y cultura sabe lo mismo que yo sé de deportes), en un arranque de optimismo y credulidad lo seguí y no pudo haber sido más ridículo: nos entregaron una hoja con un poema amateur sobre el día del amor y la amistad y un poema muy del gusto cursi de los maestritos de primaria. huímos despavoridos y por supuesto les devolvimos las copias en tanto un maestro de esos que en el sector educativo tienen fama de ser instruidos en letras y otras artes, nauseabúndeamente amenizaba con un poema de su creación... y luego dicen que porque los mexicanos no leemos.
saludos desilusionados.

2:05 p.m.  
Blogger Poly dijo...

No la conocia, bella poesia.

Poly

9:08 p.m.  
Blogger omar dijo...

Hay una linea que falta:

¡Madre del vencido sin lauro ni lucha!

¡Madre del que vence con fortuna y fama!

Alguna vez encontré esta poesía impresa en la biblioteca central de la Universidad Autonoma de Yucatan. Ya no vivo en Merida, pero la proxima vez que visite intentare buscarla y se la envio.

Y disiento con el comentario de el homo rodans, leer en lugar de declamar, sería como solfear en lugar de interpretar. También disiento en el sentido despectivo hacia los maestros de primaria y sus gustos cursi. Hay de todo en todos lados. Por cierto, mi padre, maestro de primaria, fue el que me mostró esta declamación (Mater Admirabilis) entre muchas otras. El si es instruido en letras, no hay que generalizar.

10:00 p.m.  
Blogger Unknown dijo...

Esta poesia me trae muy buenos recuerdo, cuando estaba en la secundaria en el Distrito federal en la secundaria vespertina No. 95 en 1970 el profesor de español nos puso esta poesia para el 10 de mayo y las partes principales se las dieron a los mejores promedios, yo tenía el mejor promedio del grupo pero tenía a un compañero con una excelente voz presencia y dicción y el profesor tuvo a bien darle el papel principal y a mi el segundo, son recuerdos fabulosos, algo triste para mi fue que mi mamá por cuestiones de trabajo no pudo asistir y yo después en casa le recite una parte, de cualquier manera forma parte de mis mejores recuerdos de aquella época, te comprendo muy bien lo que te paso y en verdad te felicito no por tu cuarto sino por tu primer lugar recibe un saludo Paco fal.sigma@gmail.com

5:18 p.m.  
Blogger Una que vive dijo...

Mi madre, maestra de primaria que hoy ya no está con nosotros gustaba mucho de la poesía declamada; por ello le enseñaba a mi hermana quien con gusto participaba en festejos y actos escolares o cívicos.
En particular esta poesía, así como la de "Cinco de mayo", de Manuel Acuña, eran sus preferidas.
Gracias por la transcripción. Acabo de encontrarla también en mp3 declamada por Manuel Bernal, si la quieres te la envío.
Y coincido en que no hay que generalizar con minimizar a los maestros de primaria.

12:01 a.m.  
Blogger ARCADIA G. GONZALEZ dijo...

ESTE POEMA ES MUY BELLO Y MUEVE LAS FIBRAS HASTA DE LOS MAS INSENSIBLES, YO SOY UNA PERSONA QUE GUSTA DE LA POESIA Y DESDE HACE TIEMPO BUSCABA ESTE POEMA, MIL GRACIAS POR SUBIRLO A INTERNET, YA QUE POR CASUALIDAD MI HIJA DIRA ESTA POESIA EN EL FESTEJO QUE ORGANIZA EL COLEGIO EN EL QUE ESTUDIA POR EL DIA DE LAS MADRES.

3:13 p.m.  
Blogger Técnica6 dijo...

Gracias por compartir esta poesía, otra que me gusta se llama "La Guaja" de Vicente Neira.

7:41 p.m.  
Blogger Juri dijo...

hace mucho tiempo, esta fue mi primer declamacion y la que indujo el amor a la poesia en mi.
solo declame una pequeña parte:
"La que por un beso, sólo por un beso
casto y luminosos, sin dormir aguarda,
la que teje el velo nupcial de la hija
que de su regazo florido se marcha
a los brazos recios del que se la roba,
¡Porque así la vida, sin piedad lo manda!

La que luego enciende fuegos de alegría
y con rosas vivas el techo en guirnalda,
cuando el que ha sufrido retorna pidiendo
paz de nido para sus deshechas alas,
descanso y abrigo para su fatiga,
manos que se posen en sus frías canas
y otra vez canciones que arrullen su sueño
y otra vez caricias que curen su alma.

¡Madre de los héroes!,
¡Madre de los mártires!,
¡Madre del soldado que cayó en campaña!,
¡Madre del que sueña con la gloria arisca!,
¡Madre del que busca paz sin encontrarla!,
¡Madre del que vence con fortuna y fama!,
¡Madre de mendigos y de paladines!,
de triunfantes próceres y de obscuros parias.

¡Sean todas benditas en todas las lenguas,
por todos los hombres de todas las razas!

¡Mater admirabilis!
¡Santas madres nuestras!
¡Qué nos dieron todos sin pedirnos nada!"


eso fue todo lo que dije; claro, en ese entonces era mucho, era asombroso que pudiera retener todos esos parrafos en mi mente y conmovi a casi todos los asistentes a ese festival de dia de madres.

mi edad entonces: 5 años

hoy, a mis 17 años, recuerdo esas palabras y deseo aprenderlas de nuevo y declamar este poema una vez mas. gracias por publicarlo, me emociona mucho leerlo.
espero y tambien mis hijos, si los llego a tener, declamen esta poesia tambien.

2:08 p.m.  
Blogger PATRICIA LUNA dijo...

vaya recuerdos tenia 11 años en mi salon de sexto la maestra olivia sanchez peña de galeana nuevo leon al sur de este estado nos la puso como reto...el que se la aprendiera la declkamaria en la fiesta del pueblo en el festival de la madre....yo me la aprendi...mi abuela ya extinta me compro un vestido rosa precioso...era tanta mi emocion por la fiesta para declamar esta poesia que ME DIO LA TOS A LA MITAD DEL POEMAAAAAAAAAAA......JAJAJJAJAJAJAJ QUE METIDA DE PATA.....LUEGO BUSQUE Y BUSQUE EL POEMA HOY LO HALLE Y ME SIENTO MUY FELIZ AL OIRLO Y SU LETRA ME HARA VOLVERMELO A RECORDAR GRACIAS BILL GATES POR ESTA MARAVILLA....EL INTERNET UN SALUDO A TODOS.....PATYLU

10:08 p.m.  
Blogger Unknown dijo...

Yo si la conocia en la primaria nos la dejaron para aprenderla ... hoy debo reconocer no saberla toda tal cual pero SI recordarla.
Me conmueve encontrarla .
Te dice tanto y , te emociona hasta lo más profundo.
Gracias gracias

12:34 a.m.  

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