15 febrero 2006

Turín 2006.

(Torino 2006, en italiano).

Con gran pompa y fastuosidad iniciaron las olimpiadas en Turín, ciudad del norte italiano.

¡Qué maravilloso espectáculo el de su inauguración!, Italia demostró al mundo su creatividad y el porqué es uno de los países más progresistas del mundo.

El encendido del pebetero fue magistral, a mi gusto el mejor de cualquier otra olimpiada invernal y sólo superada por la que se efectuó en Barcelona 1992 durante los juegos olímpicos de verano.

La creación de la paloma de la paz fue un preciso y precioso acto circense digno del Cirque du Soleil. Que se puede decir del aspecto musical a cargo del rey de los agudos, el tenor Luciano Pavarotti, que emocionó a propios y extraños con su potente voz.

Un solo hecho sin embargo opaca esa festividad, y es una pequeña manchita de la que casi nadie habla, me refiero a que es una competencia deportiva sólo entre los países más poderosos, ricos y desarrollados.

No encontrará usted ni por equivocación compitiendo por una medalla a la mayoría de los países americanos, africanos, o asiáticos; la razón es que el costo de la preparación de un deportista para ese tipo de torneos es altísimo, ningún país subdesarrollado puede darse ese tipo de lujo.

Habrá quien comente que muchos países no cuentan con el clima idóneo para desarrollar ese tipo de deportes, lo cual no es más que una mera forma de no ver las cosas desde su raíz.

¿No acaso los alemanes envían a sus deportistas a Bolivia para prepararse en las justas olímpicas de verano? , por supuesto que puede y lo hace, vaya, hasta México envía a sus marchistas a preparase durante meses en las alturas del lago Titicaca.

Ahora pregúntense ¿Puede Bolivia con sus magros recursos enviar a sus deportistas a prepararse a Alemania para los juegos invernales? La respuesta es un contundente no.

Cualquier mexicano que haya ido a esquiar por placer a Ruidoso, Nuevo México, sabe que el costo de esa saludable diversión es elevado, (Más si tomamos en cuenta el tipo de cambio del dólar actualmente).

De un tiempo a la fecha el Comité Olímpico Internacional ha tratado de reducir el número de participantes en las olimpiadas de verano, pero al mismo tiempo ha hecho lo posible por incrementar el número de atletas en los juegos olímpicos de invierno, al parecer ya les está cayendo el veinte de que se está convirtiendo en una competición demasiado elitista.

De cualquier forma, al menos a mí como mexicano y como mero televidente me fascina presenciar el patinaje en todas sus presentaciones, sea la danza sobre hielo, el patinaje de parejas (que por cierto ya pasó y ganó una pareja rusa, que más que atletas son verdaderos artistas), el patinaje artístico individual, (femenino y masculino), así como el patinaje de velocidad, con esa modalidad tan explosiva como lo es el patinaje de relevos.

Ah, si yo hubiera nacido en un país como los que participan en Turín, no duden ustedes que sería un patinador de alto rendimiento.

En fin, nadie es perfecto en esta vida, observemos con admiración y respeto como se cuelgan al cuello las preseas doradas los representantes de las naciones más poderosas del universo, que a final de cuentas ellos no tienen la culpa de haber nacido en un país así, ni nosotros de haber visto la luz del sol en una tierra que lo que tiene de bella lo tiene de pobre, es decir mucho.

P.D. Si alguien quiere pasar un buen rato, vea la película “Jamaica bajo cero”, en ella se relata como los participantes de un país humilde compiten en una olimpiada invernal (No recuerdo muy bien, pero me parece que fue Calgary, Canadá en 1988). No es una película que obtuvo premios, pero es bastante divertida, disfrútenla y después me envían sus comentarios.


NaCl-U-2


Remo.

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