27 marzo 2006

Los minuteman y el voto latino...

Cualquiera de nosotros supondría que quienes conforman el movimiento de los “minuteman”, que a últimas fechas se han vuelto famosos por atrapar personas latinoamericanas indocumentadas o por denunciarlas a la patrulla fronteriza en los Estados Unidos, son supremacistas tipo Ku klux klan, es decir, personas blancas, güeros, de ojos azules, totalmente anglos sajones que odian a los mexicanos y a cualquier otro que tenga nuestros perfiles étnicos.

¿Pues que creen?, ¡No es cierto!, no todos son así, el vocero para Latinoamérica de ese movimiento, es un mestizo con acusados rasgos indígenas, él es mitad guatemalteco y mitad mexicano de nacimiento, más ladino que qué, eso sí, se ve que odia a sus congéneres a muerte.

Tuve la oportunidad de presenciar su auto racista discurso en el cual manifestaba que ése movimiento haría todo lo posible por no permitir ni un inmigrante más en gringolandia, porque nuestros paisanos les estaban quitando trabajo a los norteamericanos nativos.

Con mucho orgullo sostuvo que él era estadounidense legalmente establecido allá, (lo dijo como tres ocasiones), en partes de su perorata que nada tenían que ver con ese contexto, me recordó a un amigo que una vez me comentó:

- “Si dices con mucha insistencia y reiteración que Salinas como ex presidente fue un ratero, en realidad estás diciendo, yo no soy así, yo si soy decente”.

Aquél hombre, no paró de hablar que le valía tres cacahuates que muchas familias de este lado de la frontera se quedaran sin el sustento de las remesas monetarias que sus familiares les enviaban, porque esos envíos no pagaban impuestos, también dijo que un ilegal debe ser encarcelado, tratado como criminal, sin derecho a licencia de conducir, a servicios médicos o educacionales y que quienes contrataran a un indocumentado también deberían pasar un buen rato en la cárcel, que estaba a favor de la construcción del muro fronterizo y además de un largo etcétera que no voy a reproducir.

¡Olé, macho!, ya lo he dicho anteriormente, si la gente emigra de su lugar de origen es porque quiere progresar y no encuentra en su tierra las oportunidades que él quiere o necesita.

Me gustaría preguntarle a ese moderno Malinche:

- ¿Porqué vives en Estados Unidos?,

¿Cuándo llegaste allá lo hiciste de forma legal?,

¿Qué te hizo tu país para que lo odies tanto?,

¿Crees que pertenecer a un grupo radical te hace mejor persona?,

¿Si estuvieras de este lado de la frontera, pensarías igual?,

¿No te das cuenta que eres un simple peón en ese juego de ajedrez y que en cuanto no les seas útil te van a dar una patada en el culo?

Este moderno “Caín”, al parecer ya se siente más gringo y con más derechos que Brad Pitt, ya olvidó por completo sus raíces y su origen, y de golpe y porrazo mandó al diablo la memoria de sus ancestros y manifestó que le importaba un soberano pepino la suerte de los que vivimos al sur de la frontera.

Se siente ya tan superior el señor, que incluso se atrevió a “degradarle” públicamente el premio nobel de la paz a Lech Walesa, porque en reciente entrevista el polaco manifestó que Estados Unidos debería hacer con Latinoamérica lo que Alemania hace con Europa, es decir ayudar económicamente a los países menos favorecidos y establecer programas de trabajadores eventuales para ayudarles a salir de la pobreza, sólo así, dijo el ex presidente de Polonia, podrá existir equidad en la riqueza de los pueblos.

No es la primera vez que alguien traiciona sus orígenes de indocumentado, o que ocurre algo así, recordemos al Gobernador de California Arnold Schwarzenegger que tan pronto se vio en el poder se lanzó en contra de los inmigrantes latinoamericanos, al parecer olvidó que él también fue inmigrante ilegal en ese país.

Lo grave es que una campaña tan virulenta la realice un latinoamericano que supuestamente debería comprender la problemática de los mojados, eso de verdad que no tiene nombre.

El muy ignorante piensa que todos los indocumentados son de Latinoamérica y desconoce que más del 40% de la inmigración ilegal que perciben los Estados Unidos no llegan por el sur, sino que llegan por puertos y aeropuertos, es decir, europeos, asiáticos o africanos que llegan con visa de turismo y se quedan a vivir para siempre, muchos de ellos pasan de norte a sur a los Estados Unidos, porque primero llegan a Canadá y de ahí emigran a Estados Unidos, esta táctica la utilizan mucho los propios canadienses, los chinos, los japoneses y los coreanos.

A ver, quiero ver que construyan también un muro entre Canadá y Estados Unidos.

Claro que no lo van a hacer, Canadá no lo consentiría, a final de cuentas a mí me parece que este tipo de payasadas que están “protagonizando” los minuteman, son maniobras para desviar la atención pública de lo que verdaderamente ocurre en la guerra en Irak, o de la ineficaz respuesta del gobierno estadounidense en Nueva Orleáns con el paso del huracán Katrina, aunque eso sí, son graciosadas muy peligrosas que pueden derivar en actos más frecuentes y violentos de xenofobia que los registrados últimamente.

Históricamente las murallas han servido para separar a los bárbaros de los civilizados, a los buenos de los malos, construir ese muro entre México y Estados Unidos supone una ofensa grave a los habitantes de Latinoamérica, pues nos están tachando de incivilizados y malos. No puedo olvidar que Ronald Reagan cierta vez viajó a Alemania y en su discurso le pidió a Mijail Gorvachov que derrumbara el muro de Berlín, paradójicamente ahora el Congreso de ese país quiere construir uno.

A últimas fechas la gobernadora del estado de Arizona, ha pedido ayuda a las fuerza militares para darle nombre y fuerza a un movimiento que a mí me suena como a militarización de la frontera… ¿Se imaginan lo que harán los militares con los indocumentados?, después de ver los abusos que cometen a diario en Irak, no quiero ni imaginármelo…

Lo que sí me llenó de gusto es que miles y miles de personas de origen latinoamericano protestaron en muchísimas ciudades de los Estados Unidos este fin de semana pasado.

Tan sólo en Los Ángeles se calcula que marcharon pacíficamente medio millón de individuos, no hay que olvidar que son más de doce millones de latinoamericanos indocumentados los que viven allá, y de ellos más de la mitad son de origen mexicano, no en balde la segunda ciudad con mayor población de mexicanos no está en México, se encuentra en los Estados Unidos, y sí, adivinaron ustedes estoy hablando de la ciudad de Los Ángeles, California.

Como diría aquella canción de Molotov: “Que se sienta el power mexicano, todos juntos unidos como hermanos”

Si todos los latinoamericanos se unen para protestar, para suspender un día sus labores en el vecino país del norte y además votan en masa por un dirigente que realmente los proteja, ya pueden irse olvidando los legisladores estadounidenses de aprobar leyes racistas, porque ese será el poder del voto latino: inclinar y ser decisivo en la balanza de la lucha de poder que sostienen encarnizadamente los demócratas y los republicanos.

Muy sospechoso resulta el hecho de que ni el New York Times, ni el Washington Post, que son dos de los principales periódicos de los Estados Unidos le hayan dado la importancia que se merecen a las marchas realizadas, solitos han puesto al descubierto que en esas casas editoras se apoya la xenofobia.

P.D. “…Voto latino, para la igualdad de razas…” (Breve fragmento de una canción de Molotov).


NaCl-U-2


Remo.

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