28 abril 2006

Frecuencias no moduladas.

Ya no me ocurre tan a menudo como antes, pero desde niño, sentía presencias extrañas, escuchaba voces lejanas o veía figuras o sombras.

Cuando tenía ocho años, una vez miré de frente al sol por unos momentos, y me pareció ver extraños seres cuyas estructuras eran simplemente una especie de esqueletos descarnados, hechos como con un alambre negro que danzaban alrededor del sol, pasaban frente a él, pero jamás me dedicaron su atención o se fijaron en mí, decidí apartar la vista a arriesgarme a que ellos descubrieran mis observaciones de sus bailes privados y que ese hecho les causara algún malestar o enojo.

Nunca más volví a verlos a pesar que de soslayo y como que no queriendo la cosa, dirigía furtivamente o de reojo alguna breve mirada al astro rey.

A los diez años, cierta vez, estaba en las canchas de básquet jugando solo en la escuela primaria, cuando comencé a escuchar cientos de voces, no me hablaban a mí directamente, vamos, ni siquiera hablaban de mí, a pesar de que mantenían diálogos incomprensibles para mi entendimiento, al mismo tiempo sabía que mi presencia les era indiferente, continué jugando y al escuchar que botaba mi balón contra la duela cesaron de cuchichear, sólo para continuar más tarde cuando agotado de tanto salto me retiré del lugar.

Eran unos sonidos extraños, como si murmuraran todos en voz baja las tablas de multiplicar o como si elevaran una plegaria, aunque de repente podía yo apreciar entre todo el barullo algún grito, pero no de susto o de enojo, sino más bien como si alguien alzara la voz para hacerse notar en ese cúmulo de susurros, no me causaron temor y jamás los volví a escuchar.

Estaba ya en la secundaria, cuando ocurrió un eclipse de sol, prevenidos algunos de mis condiscípulos observaban el evento en un charco de agua que reflejaba la luna y el sol, algunos más llevaban radiografías para sobreponerlas una sobre otra y ver directamente el fenómeno, yo había llevado un vidrio obscuro idéntico a los que utilizan los soldadores a fin de ver directamente la interposición lunar.

Cuando la luz comenzó a aparecer nuevamente, pude mirar a simple vista por escasos segundos unas especies como de sombras muy delgadas que flotaban entre nosotros y que comenzaron a hacerse invisibles a medida que el sol iluminaba más.

Hace cuestión de dos años, dormía yo plácidamente en mi cama, cuando comencé a sentir un peso que me oprimía, quise voltear a ver que era, pero aquella cosa ejercía una fuerza demasiado poderosa y no me dejaba moverme, el punto crítico llegó cuando ni siquiera me permitía respirar, pensé por un segundo que moriría asfixiado, así que comencé a hacerme bolita, y bastante enojado –reuniendo y sacando coraje no sé de donde-, le dije con mi más poderoso pensamiento:

- ¡Lárgate de mi cama!, ¡¡Déjame dormir en paz!!

Esa presencia se desvaneció de pronto y así como llegó se fue.

La última vez que estuve en contacto con una frecuencia así, fue en el mes de diciembre de 2005, me acababa de enterar de la muerte de un conocido y durante todo el día no pude apartar de mi mente su recuerdo, esa noche me acosté a dormir, y llevaría yo unos diez minutos durmiendo, cuando sentí una presencia ajena que entraba flotando en mi cuarto.

Era una especie de sombra que trataba desesperadamente de comunicarse conmigo, sólo que no eran palabras lo que emitía ese ente, sino un ruido similar a cuando se corta la señal de un canal en televisión, procuraba meterse a mi cerebro a toda costa, quizá para brindarme un mensaje o dibujarme su forma, yo comencé a concentrarme en mí mismo y pude notar que mi cuerpo empezó a brillar, le dije con el pensamiento en un tono muy enérgico que se fuera y que no se molestara en decirme nada, el ser obedeció y jamás se volvió a presentar.

Me ha dado por llamar a estos “contactos”, frecuencias no moduladas, por el simple hecho de que no puedo entender lo que me manifiestan, aunque al parecer ellos sí comprenden cabalmente mis peticiones.

Todo esto o lo he vivido o lo he soñado, no lo sé, ni siquiera yo podría asegurarlo, pero esos acontecimientos constituyen parte de mi vida en este plano terrestre.


NaCl-U-2


Remo.

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