Tercera de tránsitos.
Viene a mi memoria un hecho que alimenta mi estado de “No a la corrupción”:
Tengo por costumbre que persona que se sube a mi auto, lo primero que le digo es: ponte el cinturón de seguridad, yo ando bien, pero los demás conductores, quien sabe.
Resulta y resalta, que íbamos en mi auto mi amigo Héctor y yo.
Yo: - Ponte el cinturón.
Héctor: - Ya me lo puse.
De repente una sirena: ¡Tut – tut!
Me orillo a la orilla, (Como dicen los tránsitos).
Héctor: - Bájate del auto, a ver que quiere.
Yo: - No sé que quiera, pero si quiere infraccionarme que venga hasta aquí.
Bajé la ventanilla del auto y se acerca el oficial de tránsito.
Oficial: - Joven, lo molesto con el cinturón de seguridad de su acompañante.
Yo: - ¿Qué? – volteo a ver a Héctor, y el angelito no lo traía puesto. - ¿Qué onda?... me dijiste que sí te lo habías puesto.
Héctor: - Discúlpame, es que no me gusta usarlo, pero dile al tránsito que cuánto quiere y yo lo pago. (Apresuradamente colocándose el cinturón).
Yo: - ¡No!, ¡¡Ni madres!!, yo no doy mordidas.
Oficial: - Jovenazo, le voy a tener que hacer una multa, y va a tener que ir a pagarla hasta la delegación… (En un tono como diciendo, si quiere nos arreglamos de otra forma).
Yo: - Hágala. Pensando Solamente: (Me molesta su tono, no el hecho de que me multe, asqueroso corrupto).
El oficial se dirige a su troca y elabora la multa con la computadora que tiene integrada su patrulla.
Oficial: - Aquí tiene.
Yo: - (Viendo a Héctor a la cara) ¡Gracias!
Héctor; - (Con una actitud agüitadísima, cabeza gacha y voz baja). Si quieres te ayudo a pagarla.
Yo: - No te molestes, sólo ponte el cinturón, por favor.
Volteo a leer la infracción y me sobreviene un ataque de risa.
Héctor: - ¿Qué te pasa?
Yo:- ¿Cómo que qué?, mira, con toda su tecnología futurista el oficial se equivocó, mis placas son DXF8629, y el muy imbécil anotó DXE8629, ja, ja, ja, aquí dice clarísimo, “Automóvil color blanco, Chrysler”, Ja, ja, ja, y yo que siempre creí que mi auto era un Ford Fiesta Ikon color rojo, ¡Siempre he vivido en el engaño! Ja, ja, ja.
Héctor: - Ja, ja, ja. (Con una actitud como si acabara de retroceder en el tiempo y el incidente no hubiera ocurrido porque efectivamente se puso el cinturón de seguridad).
Yo: - ¿Ya ves?, me salió gratis, lo siento por el dueño del Chrysler, ahí sí ni como ayudarlo, pero eso sí, ¡Te pones el cinturón y no arranco hasta no vértelo puesto!
Héctor: - Del puro coraje que le dio porque no le diste mordida, se equivocó, ¿No?
Yo: - Con trabajo sabe leer y le dan una computadora…
NaCl-U-2
Remo.
Tengo por costumbre que persona que se sube a mi auto, lo primero que le digo es: ponte el cinturón de seguridad, yo ando bien, pero los demás conductores, quien sabe.
Resulta y resalta, que íbamos en mi auto mi amigo Héctor y yo.
Yo: - Ponte el cinturón.
Héctor: - Ya me lo puse.
De repente una sirena: ¡Tut – tut!
Me orillo a la orilla, (Como dicen los tránsitos).
Héctor: - Bájate del auto, a ver que quiere.
Yo: - No sé que quiera, pero si quiere infraccionarme que venga hasta aquí.
Bajé la ventanilla del auto y se acerca el oficial de tránsito.
Oficial: - Joven, lo molesto con el cinturón de seguridad de su acompañante.
Yo: - ¿Qué? – volteo a ver a Héctor, y el angelito no lo traía puesto. - ¿Qué onda?... me dijiste que sí te lo habías puesto.
Héctor: - Discúlpame, es que no me gusta usarlo, pero dile al tránsito que cuánto quiere y yo lo pago. (Apresuradamente colocándose el cinturón).
Yo: - ¡No!, ¡¡Ni madres!!, yo no doy mordidas.
Oficial: - Jovenazo, le voy a tener que hacer una multa, y va a tener que ir a pagarla hasta la delegación… (En un tono como diciendo, si quiere nos arreglamos de otra forma).
Yo: - Hágala. Pensando Solamente: (Me molesta su tono, no el hecho de que me multe, asqueroso corrupto).
El oficial se dirige a su troca y elabora la multa con la computadora que tiene integrada su patrulla.
Oficial: - Aquí tiene.
Yo: - (Viendo a Héctor a la cara) ¡Gracias!
Héctor; - (Con una actitud agüitadísima, cabeza gacha y voz baja). Si quieres te ayudo a pagarla.
Yo: - No te molestes, sólo ponte el cinturón, por favor.
Volteo a leer la infracción y me sobreviene un ataque de risa.
Héctor: - ¿Qué te pasa?
Yo:- ¿Cómo que qué?, mira, con toda su tecnología futurista el oficial se equivocó, mis placas son DXF8629, y el muy imbécil anotó DXE8629, ja, ja, ja, aquí dice clarísimo, “Automóvil color blanco, Chrysler”, Ja, ja, ja, y yo que siempre creí que mi auto era un Ford Fiesta Ikon color rojo, ¡Siempre he vivido en el engaño! Ja, ja, ja.
Héctor: - Ja, ja, ja. (Con una actitud como si acabara de retroceder en el tiempo y el incidente no hubiera ocurrido porque efectivamente se puso el cinturón de seguridad).
Yo: - ¿Ya ves?, me salió gratis, lo siento por el dueño del Chrysler, ahí sí ni como ayudarlo, pero eso sí, ¡Te pones el cinturón y no arranco hasta no vértelo puesto!
Héctor: - Del puro coraje que le dio porque no le diste mordida, se equivocó, ¿No?
Yo: - Con trabajo sabe leer y le dan una computadora…
NaCl-U-2
Remo.
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