27 junio 2006

Yo radioactivo.

Leyendo un texto de “El enigma”, quien escribe en www.enigmatario.blogspot.com del mes de Agosto del año pasado, titulado “Tóxicos”, vinieron a mi mente cosas que ya consideraba superadas, pues las escuché cuando era un adolescente y no habían vuelto a mi memoria desde entonces.

Durante la década de los años ochentas, en Cd. Juárez, Chihuahua, el I.M.S.S. adquirió un artefacto metálico en los Estados Unidos, con ese aparato se pretendía dar tratamientos médicos a los pacientes de esa institución, pero no era una máquina común y corriente, esa cosa utilizaba elementos radioactivos.

Ese objeto metálico fue robado de una clínica, objeto de ambición por el dinero rápido, fue fundido y con él se elaboró varilla, la cual sin saberlo estaba contaminada con radioactividad.

Esas costillas de metal para la construcción fueron vendidas en el estado.

Buena parte de ella fue recuperada por el Gobierno Federal, quien luego mandó cavar una tumba para ese material en las dunas de Samalayuca, al norte del estado de Chihuahua.

Tiempo después se escucharon rumores de que el material enterrado en el desierto no fue depositado a gran profundidad y que se podían observar a simple vista sobresaliendo de las montañas de arena las puntas metálicas de esas piezas.

Tengo serias dudas de que esa varilla haya sido recuperada en su totalidad, se dice que una parte de esos armazones metálicos se utilizaron para construir las estructuras del hoy demolido cine Revolución, en pleno centro de esta ciudad capital, de ser así, la posibilidad de que muchas personas nos hayamos expuesto a la radiación es real y aterradora.

Digo “nos hayamos expuesto”, porque a fuerza de memoria pude recordar que al menos acudí a ver películas a ese lugar unas diez ocasiones.

¡Demonios!, ¿Qué debo hacer?, ¿Dónde verifico mis índices de radioactividad? (Esto lo digo con preocupación).

Ahora que mirándolo de otra forma, ¿Se imaginan si al cabo de un tiempo emito luz verde por la noche?

Pasaré a la historia como el hombre-linterna.

¡Diablos!, si algún día muero de cáncer, al menos sabré donde lo adquirí…

P.D. Esos tres últimos párrafos los escribo en tono de burla, ya saben ustedes como somos los mexicanos.


NaCl-U-2


Remo.

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