Dos breves mensadas del viernes.
La antigua fábrica.
Eran las 15:05 P.M. Y como todos los viernes la hora de salida, de inmediato bajé al cuarto piso del edificio donde trabajo.
- ¿Qué Elpidio?, ¡Ya vámonos!, ¿No?
- ¡Sí ya estuvo, vámonos!
Salimos rumbo a la puerta, pero al pasar junto a la secretaria observé una caja de galletas, inmediatamente mi estómago protestó de tal forma que no me quedó otra sino decirle:
- ¿Què onda Fabiola?, ¿Me regala una galleta?
- ¡Ay Renecito, no pregunte, róbesela!
Tomo tres galletas, le acerco la caja a Fabiola y me dice:
- ¡Guácala!, ¡Retírela, huele muy feo!
Husmeo en la caja por todos lados y no encuentro ningún olor sospechoso por lo que le digo:
- ¡Qué se me hace que está embarazada!
- ¡Uh, no!, ¡Ya después de mi tercer hijo cerré la fábrica!
- Je, je ,je, ya no es fábrica ¿Verdad?, ¡Ahora es nada más un parque de diversiones!
- Ja, ja, ja, ¡Eso estuvo muy bueno! – Me dice.
La revancha inmediata.
Mismo viernes, 15:10 P.M. Después de comernos las galletas salimos Elpidio y yo por las escaleras. Iba yo tan entretenido en la plática y saboreándome todavía las galletas, que incluso me acuerdo que leí el cartelón que decía: “PB” (Planta Baja) pero no le di importancia, me di media vuelta y seguí bajando por la escaleras, unos cinco peldaños cuesta abajo pude distinguir que mi amigo no me seguía el paso, se me quedaba viendo muy serio y me dice:
- ¿Qué güey?, ¿A dónde vas?
- ¡A la fregada, si es cierto!, ¡Ya iba para el sótano!, ja, ja, ja.
- Ja, ja, ja, ¡Pinche güey!
Subo la escalera, caminamos unos metros y me dice Elpidio:
- Bueno, yo tengo mi carro estacionado aquí a la izquierda, nos vemos en el local.
- ¡Órale pues!
Pasa por enfrente de mí y me dice:
- ¿Qué a dónde vas?
- ¡Pues a checar la salida del trabajo!
Justo una fracción de segundo antes de que comenzara a burlarme de él, me dice:
- ¡Uta, yo estoy peor que tú!
- Ja, ja, ja, (Los dos al unísono).
Era viernes comprendan, ya uno no quiere queso sino salir de la ratonera.
NaCl-U-2
Remo.
Eran las 15:05 P.M. Y como todos los viernes la hora de salida, de inmediato bajé al cuarto piso del edificio donde trabajo.
- ¿Qué Elpidio?, ¡Ya vámonos!, ¿No?
- ¡Sí ya estuvo, vámonos!
Salimos rumbo a la puerta, pero al pasar junto a la secretaria observé una caja de galletas, inmediatamente mi estómago protestó de tal forma que no me quedó otra sino decirle:
- ¿Què onda Fabiola?, ¿Me regala una galleta?
- ¡Ay Renecito, no pregunte, róbesela!
Tomo tres galletas, le acerco la caja a Fabiola y me dice:
- ¡Guácala!, ¡Retírela, huele muy feo!
Husmeo en la caja por todos lados y no encuentro ningún olor sospechoso por lo que le digo:
- ¡Qué se me hace que está embarazada!
- ¡Uh, no!, ¡Ya después de mi tercer hijo cerré la fábrica!
- Je, je ,je, ya no es fábrica ¿Verdad?, ¡Ahora es nada más un parque de diversiones!
- Ja, ja, ja, ¡Eso estuvo muy bueno! – Me dice.
La revancha inmediata.
Mismo viernes, 15:10 P.M. Después de comernos las galletas salimos Elpidio y yo por las escaleras. Iba yo tan entretenido en la plática y saboreándome todavía las galletas, que incluso me acuerdo que leí el cartelón que decía: “PB” (Planta Baja) pero no le di importancia, me di media vuelta y seguí bajando por la escaleras, unos cinco peldaños cuesta abajo pude distinguir que mi amigo no me seguía el paso, se me quedaba viendo muy serio y me dice:
- ¿Qué güey?, ¿A dónde vas?
- ¡A la fregada, si es cierto!, ¡Ya iba para el sótano!, ja, ja, ja.
- Ja, ja, ja, ¡Pinche güey!
Subo la escalera, caminamos unos metros y me dice Elpidio:
- Bueno, yo tengo mi carro estacionado aquí a la izquierda, nos vemos en el local.
- ¡Órale pues!
Pasa por enfrente de mí y me dice:
- ¿Qué a dónde vas?
- ¡Pues a checar la salida del trabajo!
Justo una fracción de segundo antes de que comenzara a burlarme de él, me dice:
- ¡Uta, yo estoy peor que tú!
- Ja, ja, ja, (Los dos al unísono).
Era viernes comprendan, ya uno no quiere queso sino salir de la ratonera.
NaCl-U-2
Remo.
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